Kodak T-Max 100

La inflación desmesurada de la película fotográfica se plasma a la perfección en los precios de los productos Fujifilm y Kodak. El renacimiento de la fotografía analógica ha resucitado a los muertos, pero a un coste excesivamente alto. Mientras en la fábrica de Kodak en Rochester se buscan trabajadores para cubrir los tres turnos diarios de trabajo en la sección de fabricación de película, Kodak Alaris (distribuidor de las películas Kodak) ha llegado a subir el precio de sus productos tres veces en un año. Sólo así se entiende que el precio de esta película se haya duplicado en tres años y un rollo de Kodak T-Max 100 cueste casi 20 euros.

Grano extremadamente fino

El grano de tecnología T supuso una revolución cuando apareció hace ya más de 30 años. El tristemente desaparecido Kodak Plus-X (125 ASA) y el aún superviviente Kodak Tri-X (400 ASA) tuvieron que enfrentarse a unos jóvenes imberbes y descarados, que ofrecían un grano prácticamente invisible y un contraste más uniforme. Las películas Kodak T-Max 100 y Kodak T-Max 400 fueron ganando adeptos con el paso del tiempo, hasta el punto de convertir a Plus-X en un producto no rentable. El grano T es –a diferencia del grano cúbico tradicional– tabular, es decir, plano. Los cristales de haluro de plata disponen de formas geométricas regulares, que al ser planos, ofrecen un grano sensiblemente inferior al que ofrecen las películas más clásicas, como Ilford FP4 Plus 125 o Fomapan 100 Classic.

Contraste perfecto

La respuesta del contraste de Kodak T-Max 100 es radicalmente diferente a la que ofrece la hermana de mayor sensibilidad Kodak T-Max 400. Mientras que la película de mayor sensibilidad muestra un contraste medio-alto y muy alegre, la de ISO 100 ofrece un contraste perfecto. Es un contraste medio, muy clásico, pero que nunca alcanzará el aburrimiento de Ilford Delta 100. Con T-Max 100 tendremos el contraste más adecuado para cada tipo de fotografía. Siento que el contraste se adapta a cada situación de una manera casi mágica, siendo óptimo tanto para el retrato como para la fotografía de paisaje.

Kodak T-Max 100 y la tecnología de grano T

En 1986 Kodak lanzó las películas T-Max, las primeras películas en blanco y negro que aprovechaban parte de la tecnología de las películas en color. La estructura de los cristales de los haluros de plata se convertía por primera vez en tabular, mejorando el tamaño visible del grano e incrementando la resolución de la película. Esto último se debió a la menor dispersión de la luz al incidir sobre la película. Así, por primera vez se pudo alcanzar la cifra de 200 líneas por milímetro en una película en blanco y negro de uso comercial (no técnica). Kodak T-Max 100 ha mantenido la formulación original de mediados de los años 80 del pasado siglo, demostrando casi 40 años después seguir siendo una película idónea para quienes buscan la máxima definición en blanco y negro, sin importar el precio.

Gama de grises

Como buena película de sensibilidad media, Kodak T-Max 100 ofrece una escala de grises muy amplia. Desde el blanco más puro hasta el negro más profundo, T-Max 100 nos regala todos los tonos medios del mundo. Suave y cremosa, ésta es una película deliciosamente elegante y discreta, alejada del tedio de Ilford Delta 100 (su rival más directa, junto a Fuji Acros 100 II) y de la rebeldía de las películas Rollei Retro 80S o Rollei Superpan 200. En mi opinión, es –junto a Fuji Acros– la mejor película para una sesión profesional de retrato y/o moda. Y remarco “profesional”, porque su elevada definición y su visión afilada mostrarán la más mínima imperfección de la piel.

Afilada por Hatori Hanzo

Hasta la aparición de Kodak Technical Pan no supe comprender el significado de “sharpness” (afilado) en una película fotográfica. Siempre lo relacionaba con el contraste y no es así. Una película puede ser muy afilada, pero no por eso debe tener un contraste alto. El afilado va de la mano de la definición. Es decir, de la capacidad para representar de la manera más real aquello que fotografiamos. Pocas veces nuestras fotografías muestran todos los detalles y texturas. Materiales como la madera o el metal aparecen sin vida. Una película afilada como Kodak T-Max 100 sacará a la luz el alma de la corteza de un árbol o la cálida frialdad del metal. Digna de la katana de un samurai, T-Max 100 nos regala un afilado equilibrado y perfecto.

Latitud de exposición

Recuerdo la primera vez que probé Kodak T-Max 100, allá por 1986. Me sorprendió que tuviese los mismo tiempos de revelado para ISO 100 y 200 ISO. Mi curiosidad de adolescente me llevó a pedir información a Kodak España (en aquella época tenían oficinas en Madrid y Barcelona) y vi que T-Max 100 tenía un rango de sensibilidad comprendido entre 25-200 ISO. Nunca hasta entonces había encontrado una película en blanco y negro con un rango de exposición válido de 4 pasos E.V. Esto se refleja en una mayor latitud de exposición que la mayoría de películas en blanco y negro de grano clásico de estructura cúbica. Kodak T-Max 100 resuelve de manera casi mágica las escenas con iluminación más compleja. Destaca su respuesta en altas luces, donde es capaz de mostrarnos los tonos más claros de una forma extremadamente nítida.

Con filtro, por favor

Los talibanes de la fotografía digital afirman que la fotografía analógica en blanco y negro es aburrida y previsible. ¡Cuánto ha dañado las mentes el HDR! Aunque sólo pudiéramos utilizar una sola película en blanco y negro, al procesarla con distintos reveladores conseguiríamos resultados muy diferentes. La creatividad no se restringe a una u otra película, sino a la propia creatividad de quien está detrás de la cámara. Con Kodak T-Max 100 podemos mejorar los resultados al utilizar filtros cálidos. como el amarillo o el naranja. Personalmente, no recomiendo utilizar el filtro rojo, por incrementar el contraste de manera drástica. Un filtro naranja mejorará las texturas en la madera (idóneo para paisajes), además de oscurecer el azul del cielo.

Kodak T-Max 100: la película digital

Durante muchos años existieron dos bandos: los que defendíamos el grano clásico de Plus-X y Tri-X y quienes se abrían a la increíble nitidez de las películas T-Max 100 y T-Max 400. Al desaparecer Kodak Plus-X 125, el camino sólo nos podía llevar a las Fuji Neopan 100 o a Kodak T-Max 100. En la actualidad sólo T-Max 100 y Fuji Acros 100 II juegan las Grandes Ligas. No niego que hay películas que me divierten más, pero cuando busco estabilidad y el máximo rendimiento sólo T-Max 100 y Fuji Acros me ofrecen la seguridad de ser perfectas.

La apariencia de las imágenes obtenidas con T-Max 100 es tan nítida, limpia y brillante que se asemeja a una fotografía disparada con una cámara digital. Sin embargo, una gama de grises extraordinaria, un contraste óptimo y –en especial– la pureza e intensidad de los negros nos indican la naturaleza analógica de esa imagen. Ésta es una de las razones por las que amo la fotografía analógica: la elevada densidad del negro.

Procesado

Las películas T-Max llegaron al mercado de la mano del revelador Kodak T-Max, desarrollado de manera específica para las nuevas películas de grano tabular. Kodak fue uno de los grandes fabricantes de reveladores para película en blanco y negro. Desde el enérgico HC-110, a los generalistas D-76 y Xtol o el delicado Microdol-X, ya desaparecido y –en mi opinión– uno de los mejores reveladores de la historia. Todos estos reveladores eran válidos para procesar todas las películas en blanco y negro. Sólo la añorada Technical Pan tenía un revelador específico (Technidol).

Recomiendo utilizar siempre el revelador Kodak T-Max para sacar el máximo rendimiento de las películas T-Max, si bien en este caso(pleno mes de agosto) elegí ADOX Atomal 49 por su efecto compensador. El tiempo de procesado ha sido de 7:30 minutos, en disolución stock a 21º de temperatura y una inversión cada 30 segundos. Recomiendo utilizar fijador fresco (a poder ser, recién preparado) y un lavado prolongado. El tinte rosado del soporte de la película precisa de un fijado y lavado más largos que otras películas. De no seguir estos dos pasos es posible que aparezcan manchas en la película al cabo del tiempo.

Conclusión

Tan sólo un precio absolutamente disparatado impide que Kodak T-Max 100 sea la película en blanco y negro perfecta. Sobresale en todo y es apta para todo tipo de fotografías. Junto a Fuji Acros 100 II, es –con mucho– la mejor película en blanco y negro de sensibilidad media. El grano es inapreciable (incluso al disparar en formato de 35mm), el contraste es perfecto, la agudeza es inmejorable y la latitud de exposición no tiene nada que envidiar a la mejor cámara digital. Con un revelador de efecto compensador es posible conseguir hasta 13 pasos E.V. de latitud de exposición, además de la gama de grises más amplia que podamos soñar. Es la película que invita a probar formatos mayores y descubrir que existe un mundo perfecto más allá del 35mm.

Lo mejor

• Grano extremadamente fino
• Contraste óptimo
• Latitud de exposición muy amplia
• Resolución muy elevada
• Idónea para fotografía de paisajes, retratos y moda
• Facilidad de revelado
• Soporta hasta 2 E.V. de sobre exposición

Mejorable

• Precio: 16.90 euros

Valoración

• Grano:
• Nitidez:
• Contraste:
• Estabilidad:
• Latitud de exposición:
• Escala de grises:
• Detalle en sombras:
• Detalle en altas luces:
• Reproducción de negros:
• Facilidad develado:
• Relación calidad-precio:
• Valoración personal: