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Opinión

Un lustro de fotografía analógica

Compratir

Regresé a la fotografía analógica pocos meses antes de la Pandemia. No regresé por nostalgia. Lo hice por necesidad. Por la necesidad de sentirme otra vez fotógrafo. Para tener una cámara fotográfica entre las manos, en lugar de un electrodoméstico fabricado en plástico. Por el placer de fotografiar en lugar de disparar. Un lustro de fotografía analógica y precios cada vez más excluyentes de la película fotográfica. Años que han visto nacer a nuevas marcas, pero en que se ha reducido el número de los fabricantes de película fotográfica. En palabras del profesor Horace Slughorn… ¡Son tiempos locos!

Un lustro de fotografía analógica Grafiti

Cámaras de verdad

La fotografía es un mundo que está en continuo movimiento. El problema es que el movimiento siempre va en la misma dirección: hacia arriba. El precio de la película se ha disparado en los últimos años. También el de las cámaras de 35mm y formato medio y de los objetivos que las visten. Mis primeras cámaras SLR en los años 80 del pasado siglo fueron Contax y Nikon y ésta última fue mi elección a la hora de seleccionar el modelo con el que regresaría a hacer fotos con película fotográfica. Descubrí que los precios en las tiendas físicas estaban fuera del precio real de mercado. Cámaras que, en demasiadas ocasiones, no se habían limpiado desde que la tienda las compró, allá a finales del siglo pasado. Ni en el más extenso catálogo de micología se encuentran tantos hongos como los que llegué a ver en objetivos y visores de cámaras.

Un lustro de fotografía analógica Nikon FE

Decidí adentrarme en las compras por internet y descubrí que existe un mundo más allá de eBay. Catawiki es una web de subastas sita en los Países Bajos. Esto evita pagar aranceles de importación, ni impuestos (IVA). Ahí compré mi primera cámara de 35mm, tras casi tres décadas digitales: una Nikon FE con caja, prácticamente nueva y con su correa original. Su precio, 56 euros, gastos de envío incluidos. Tras algo más de un lustro de fotografía analógica he visto que este precio hoy es una quimera. Incluso esta misma cámara para desguace cuesta más. El renacimiento de la fotografía analógica supuso el rescate de docenas de miles de cámaras, pero también de un hambre insaciable por sacar el máximo margen de beneficios.

El éxito de la fotografía de consumo

Los dos grandes fabricantes de película fotográfica que supieron sobrevivir al apocalipsis digital supieron crear entre quienes amamos la fotografía analógica la creencia de que la mejor película para iniciarse en la fotografía con película de consumo. Por precio era así, en la época que un rollo de película Kodak ColorPlus 200 costaba en tienda física menos de 3 euros. Reconozco que en mi regreso a la fotografía analógica el precio se me hizo caro. Siempre he sido un visionario y consideré que el precio de esta película bajaría. Hoy esta misma película cuesta casi cuatro veces más. La oferta de Fujifilm se llamaba Fujicolor C200, una excelente película negativa en color, que no envidiaba nada a las películas de gama profesional.

Un lustro de fotografía analógica Kodak ColorPlus 200

Los genios de las finanzas de la multinacional decidieron que era necesario olvidarse la película fotográfica. Una marca que lleva la palabra FILM desde su nacimiento. Estos “minnesotos” y su falta de conocimiento de cómo funciona el mercado de la fotografía. Filibusteros salidos de las escuelas de negocios, a quienes les da igual vender cámaras o abalorios baratos “made in China”. Esta catastrófica decisión llevó a Fujifilm a encargar a su enemigo comercial (Kodak) la fabricación de sus nuevas películas de consumo, Fujifilm 200 y Fujifilm 400. Dos películas demasiado parecidas a las películas –respectivamente– a Kodak ColorPlus 200 y Kodak Ultramax 400, las películas de consumo de Kodak. Tan parecidas que parecen idénticas, menos en el precio. Fujifilm ha decidido incrementar el precio de sus películas fabricadas por Kodak y son más caras que las originales. De pifia en pifia hasta la derrota final.

Grandes alegrías

En un lustro de fotografía analógica he sido testigo del nacimiento de nuevas marcas de película fotográfica. Sin embargo, el número de fabricantes de película no sólo se mantiene intacto, sino que se ha reducido. Harman, fabricante de las películas Ilford, Kentmere y las nuevas y muy creativas películas Harman en color es –junto al gigante Kodak– la marca que mayor oferta de película tiene en su catálogo. Bien es cierto que la mayor parte de su película es en blanco y negro, pero así ha sido tradicionalmente este fabricante inglés. El líder de la película en blanco y negro. Marcas como Cinemot, Kosmo Foto, Lomography, Dubblefilm y –en especial– Film Washi aportan un soplo de aire fresco al encorsetado mundo de la película fotográfica.

Enorme decepción

Pero durante un lustro de fotografía analógica también hay espacio para los desengaños y la mayor decepción se llama Fujifilm. El fabricante de las míticas películas Fujichrome Velvia y Fujichrome Provia 100F ha dejado de fabricar película fotográfica. Ni siquiera fabrica película negativa en color de consumo. La película Fujicolor C200 era una de mis preferidas y –en mi opinión– la mejor película de consumo en color. Todo empezó con el paulatino abandono de grandes películas, como Fujicolor Pro 400H, una soberbia película negativa en color de gama profesional. Luego, su excelente película en blanco y negro Acros 100 II pasó a ser fabricada por Harman, quien también fabrica Ilford. Pero el golpe más duro llegó hace unos meses, cuando el fabricante nipón decidió que abandonaba por completo la fabricación de película fotográfica. El “FILM” de su nombre hoy es sólo una burda mentira.

Un lustro de fotografía analógica Acros 100 II

Todo es cuestión de muñeca

Nunca se obtiene varias veces seguidas un doble 6 en los dados. Si alguien dice que todo es cuestión de muñeca, te aseguro que hace trampas. Y en la fotografía analógica actual hay más de un tahúr del Mississipi. Existen muchas marcas de película, pero muy pocos fabricantes. ¿Cómo se entiende esto? Ni CineStill fabrica su película en la soleada y surfera California, ni Lomography crea las suyas en Shangrila. La historia es mucho menos romántica y naïf. La mayor parte de las películas en color han sido fabricadas por Kodak. Un buen ejemplo es la película negativa en color Kodak Vision3 250D, destinada al cine. Lo mismo sucede con Eastman Kodak Double X 5222, una de las mejores películas en blanco, que también nació para la industria cinematográfica.

Eastman Kodak Double X 5222

La película Double X es muy probablemente la película en blanco y negro que más se envasa por marcas distintas a la de su fabricante. De hecho, Eastman Kodak sólo vende el formato de 35mm en bobinas para cine. No sólo la envasan la práctica totalidad de marcas, sino también tiendas de fotografía y laboratorios fotográficos. No es ningún delito vender bajo una marca propia la película fabricada por otros. Ni siquiera es poco ético. ¡Es el mercado, baby!

El pastel de la fotografía analógica es muy sabroso y todos quieren su porción, aunque sea una rebanada delgada. Mejor comer poco que nada. Depende de nosotros comprar directamente a los maestros pasteleros a mejor precio que en esa pastelería de lujo que vende ese mismo pastel, pero lo adorna en vistosas escarapelas. Pagar hasta 2€ más por la misma película es absurdo, pero sólo nosotros conocemos el tamaño de nuestros bolsillos y nuestra resistencia a las tentaciones estéticas del “rebranding”.

El futuro: morir de éxito

Es difícil vaticinar si el renacimiento de la fotografía analógica se normalizará o es una moda pasajera. Por cierto, un pasaje que dura más de una década. Las ventas d película se han incrementado en casi un 3500% en los últimos años. Sí, un tres mil quinientos por ciento. Claro que crecer desde cero no tiene mucho mérito, pero sí lo tiene el incremento constante superior al 30% año tras año en el último lustro. El crecimiento en ventas corre de la mano del aumento constante del precio de la película. Kodak ColorPlus 200 de 36 exposiciones costaba hace seis años menos de 3€. Hoy no podemos comprarla por menos de 10 euros. Están matando a la gallina de los huevos de oro y cada vez son más quienes no pueden seguir con su pasión por la fotografía analógica.

Kodak Gold 200

Estamos viviendo una regresión. Pasamos de la vitalidad del Renacimiento a una oscura y tenebrosa Edad Media. Los fabricantes de película siguen aumentando los precios y políticos dementes aplican aranceles tan grandes como su narcisismo. No es de extrañar que veamos cómo el consumo cae. Empezará por el eslabón más débil: las generaciones más jóvenes que han rescatado con entusiasmo las cámaras de sus mayores para hacer fotografías. Para disparar, siempre tendremos el móvil, que para “tirar fotos” y subirlas a las redes sociales es más que suficiente.

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