Leica M6
Compratir
Pocas cámaras digitales entrarán en la historia de la fotografía como mitos o leyendas. Es una de las muchas diferencias entre la fotografía analógica y la digital. La Leica M6 es la primera cámara que resucita la fabricación de modelos analógicos en plena era digital. Fue la cámara de muchos maestros de la fotografía, como Cartier-Bresson, William Klein o Sebastiâo Salgado. La Leica M6 ha sido uno de los modelos que más contribuyeron a afianzar el mito de Leica.
En las manos
¿Ergonomía? No, gracias. Éste parece ser el argumento por el que los ingenieros de Leica no situaron ningún tipo de agarradera (la hay opcional) en el frontal de la M6. Pese a eso, sigue siendo –en mi opinión– una de las cámaras más bonitas jamás construidas. La belleza del mítico modelo de Leica va de la mano de su simplicidad de manejo. El frontal dispone de la leva de selección del encuadre de distancias focales, la palanca de rebobinado, el botón de liberación del objetivo y el compartimento de baterías. En la tapa superior se encuentran el disparador, el dial de velocidades de obturación, la zapata universal y la palanca de rebobinado. La parte posterior solo incluye la palanca de arrastre y la tapa que confirma el avance correcto de la película de 35mm.
Leica M6: una leyenda mítica
Mito. Leyenda. Joya. Ningún adjetivo hace honor al modelo analógico más identitario de Leica. Es una cámara mecánica (funciona sin pila) con visor de telémetro, de exposición manual y que sólo utiliza la energía de las dos pilas LR44 para su fotómetro. No es la cámara más cómoda en las manos. Tampoco es el modelo más sencillo a la hora de cargar la película de 35mm. El visor telemétrico no facilita la visualización de todas las ópticas. Es pesada. Y sin embargo, es una belleza capaz de seducir al enemigo más acérrimo de una Leica. Y por supuesto es cara. Muy cara. Es una Leica. El más puro exponente de lo que Leica representa.
Y al tercer día… Resucitó
La Leica M6 es la primera cámara analógica que vuelve a las cadenas de fabricación, haciéndose un hueco en el mundo efímero de las cámaras digitales. El renacimiento de la fotografía analógica nos regala la resurrección no sólo de película fotográfica, sino ahora también de cámaras. Pentax anunció a finales de año el desarrollo de cámaras analógicas. modelos como la Leica M11 han seguido la estela dejada por la mítica M6 analógica. Por su parte, Nikon USA pidió (a petición de muchos clientes norteamericanos) al cuartel general de la multinacional nipona que reedite la Nikon F2, el modelo más identitario de Nikon.
Enfoque por telémetro
La ausencia de la caja del espejo acerca el objetivo a la película. Esto facilita disfrutar de la mítica calidad de las ópticas Leitz/Leica. Es el mismo concepto que aplican las cámaras mirrorless en la fotografía digital. No es fácil utilizar por primera vez una cámara de telémetro. Un marco fijo en el centro del visor será la referencia sobre la que debemos fijar un segundo recuadro (éste, móvil) para conseguir un enfoque perfecto. Este sistema de enfoque no es el más adecuado para la fotografía macro o deportiva, pues los teleobjetivos no son el mejor aliado para un telémetro. Tampoco los angulares, más allá de los 28mm, pues se necesitará un visor adicional, que se ubica en la zapata universal.
Objetivos
No existen objetivos mejor valorados que los que forman la mítica Serie M de Leica. El diseño óptico no difiere de muchos de los objetivos de la gama réflex, pero su mayor proximidad a la película (las cámaras de la Serie M carecen de espejo) incrementan la nitidez y el contraste. Hasta aquí los aspectos positivos. En la columna del “debe” quiero añadir unos precios absolutamente disparatados y sobrevalorados, además de la limitación de la gama efectiva de objetivos. En algunos modelos ya se necesita un visor óptico que se añade en la zapata del flash a partir de los 28mm y otros modelos sólo cubren hasta el 90mm. Unas marcas en el visor (que se cambian con la leva frontal derecha) ajustan la visión real de la óptica que utilicemos, pero en ningún momento el visor deja de mostrar el mismo ángulo de visión.
La cámara discreta
Al carecer de espejo, el disparo de una Leica de la Serie M es extremadamente silencioso y discreto, casi sensual. Ése fue –junto a la soberbia calidad óptica de los objetivos Leitz/Leica– el motivo del éxito de las viejas Leica. Utilizando la técnica de la hiperfocal es posible disparar sin acercar la cámara a la cara sin que nadie aprecie que está siendo fotografiado. Fue durante décadas la única cámara que permitían utilizar en espectáculos como ópera o ballet, donde el ruido del espejo se podía escuchar en el Liceo, la Scala o el Bolshoi.
Características técnicas
La Leica M6 es una cámara mecánica. Sólo utiliza la batería para alimentar el fotómetro. Esto garantiza una vida mucho más larga a las baterías. Al carecer de circuitos electrónicos, la M6 no es una cámara ligera. Su tamaño encierra un peso de 600 gramos, que se convierten en casi 800 gramos al colocar el objetivo estándar Leica Summicron 50mm ƒ/2. Las velocidades de obturación están comprendidas entre 1/1.000seg. y 1 segundo, además de “B”, para exposiciones más largas a 1 segundo. La velocidad de sincronización de flash es de apenas 1/45seg, uno de los puntos débiles de las cámaras telemétricas Leica de formato de 35mm. Al tratarse de una cámara de exposición manual, carece de dial de compensación de exposición. El rango de sensibilidades está comprendido entre 6 y 6400 ISO.
Una cámara y mil versiones
Ningún otro modelo en la historia de la fotografía ha gozado de tantas versiones como la Leica M6. Al factor de ampliación de visión clásico de x0,72 se unieron las ampliaciones de x0,85 y x0,58 y mejorar así –de manera respectiva– las prestaciones al utilizar teleobjetivos y angulares. También llegaron los acabados exclusivos, como el dedicado al sultán de Brunei, con una cámara bañada en oro de 18 quilates y piel de serpiente. La versión “Hermès” goza de una exclusiva piel de avestruz en delicado tono amarillo, tono idéntico al del mítico bolso “Birkin” de la firma francesa. La Royal Photographic Society también dispone de una edición limitada de la Leica M6. La M6 J fue el modelo que incorporó el clásico diseño de objetivo retráctil, como los primeros modelos Leica de los años 30. También se hizo una edición muy exclusiva y limitada en platino (foto inferior).Cada una de las ediciones especiales de Leica son joyas del coleccionismo y disponen de precios que llegan a superar los 10.000 euros.
Disparar con una Leica M6
Con pulgar siempre entre la palanca de arrastre y el cuerpo de la cámara, encuadrar, enfocar y disparar se convierte en un ritual casi místico. La Leica M6 es la esencia de la fotografía clásica. Tan sólo la Leica M4-P es aún más sencilla, pues carece de fotómetro y no dispone ni siquiera de un compartimento para pilas. Reconozco que personalmente prefiero la versatilidad de una réflex, pero fotografiar con una Leica de la Serie M es una experiencia única, que debe probarse más de una vez. Su frontal plano no garantiza la sujeción más firme y –en ocasiones– no ayuda a disparar con velocidades de obturación de 1/30seg. o más lentas. En otras, la ausencia del espejo facilita asegurar fotografías a 1/15seg, dependiendo de la rapidez con se quiera disparar.
Las pruebas
Todas las fotografías se han realizado con película Kodak Tri-X 400, expuesta a ISO 800 y revelada con Kodak Xtol durante 10 minutos en una disolución de 1+1 (1 parte de revelador + 1 parte de agua). Reconozco que debería hacer más fotos con cámaras Leica de la Serie M, pues sigo encontrando más lento el enfoque por telémetro que mediante el pentaprisma de una cámara réflex. Sin embargo, la Leica M6 (así como la M4-P) posee un encanto único en todo el entorno de la fotografía. Su diseño, la forma de fotografiar con ella, la manera de cargar la película y –en especial– la calidad sublime de las ópticas Leica/Leitz de la Serie M convierten a la Leica M6 en un objeto de culto.
Conclusión
Los mitos son exclusivos y tener una leyenda entre las manos se paga. Una Leica M6 con un objetivo estándar Leica Summicron 50mm ƒ/2 se cotiza en el mercado de segunda mano sobre los 3.500 euros. No es difícil alcanzar los 9.000 euros si sumamos un angular de 28 ó 35mm y un teleobjetivo de 90mm. No es la cámara más cómoda en las manos. Tampoco es una cámara versátil. No sirve para la fotografía deportiva, pues no puede montar teleobjetivos más allá de los 135mm. Tampoco es un modelo idóneo para la fotografía macro. Sin embargo, no existe una cámara más icónica en el mercado, ni un mejor modelo para el reportaje clásico, el fotoperiodismo y la captura de instantáneas urbanas (street photography). Y por encima de todo… ¡Es una Leica!
Lo mejor
- Construcción y durabilidad
- Diseño atemporal
- Cámara muy discreta
- Calidad de las ópticas Leica/Leitz
- Fue la cámara de grandes maestros de la fotografía
Mejorable
- Sincronización de flash a 1/45seg.
- Escaso rango de ópticas utilizables
- Enfoque por telémetro (lento)
- Nula ergonomía
- Precio: 5.090 euros
Valoración
- Construcción:
- Diseño:
- Prestaciones:
- Fiabilidad:
- Facilidad de manejo:
- Fotometría:
- Relación calidad-precio:
- Valoración personal:
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