Fujifilm X100 S (II)

Las prestaciones sobre catálogo de cámaras y objetivos suelen ser siempre excelentes, pero como el movimiento se demuestra andando, nada mejor que probar la nueva X100S sobre el terreno práctico y descubrir tanto los puntos fuertes como los mejorables, pues no existe la cámara perfecta. He utilizado la nueva X100S para realizar una serie de reportajes fotográficos, destacando su elevada capacidad para pasar inadvertida y permitir trabajar al profesional de forma discreta, casi invisible.

Metodología de trabajo

No existe en el mercado una cámara que me proporcione tanto placer fotográfico como la X100S de Fujifilm; disponer de un aro de velocidades de obturación y otro para los diafragmas permite en todo momento un control absoluto en modo manual, siendo el fotógrafo quien determina qué parámetro domina, si una elevada velocidad de obturación para congelar el movimiento o un diafragma cerrado, para obtener la máxima profundidad de campo. La nueva X100S es –para mí– la cámara que aúna las ventajas de la tecnología digital y lo artesano del entorno de película de soporte químico.

Supongo que muchas de las personas que estén leyendo estas líneas –por su edad– habrán empezado en la fotografía con píxeles, balances de blancos y tarjetas de memoria. La X100S es la oportunidad de disfrutar la esencia de la fotografía en su estado más puro, ofreciendo un sinfín de sabores, a cual más diferente y seductor. Quienes gozamos del placer de trabajar con una Leica de la serie “M” tenemos en la X100S una cámara familiar. Para aquellos que ni les suena el nombre de Leica, la forma más sencilla de abrir los cinco sentidos al placer más puro de la fotografía. Las fotografías –trabajando con la X100S– se piensan y maduran antes del mágico “clic”.

La cámara invisible

En un reportaje de interés social (que nada tiene que ver con la llamada fotografía social) en demasiadas ocasiones la aparición de una cámara en manos extrañas provoca recelos, sino es que una molesta incomodidad a las personas que rodean al fotógrafo. Las cámaras réflex se asocian a los profesionales, razón por la que en ambientes cerrados o pesados se acaban convirtiendo en un elemento de desconfianza y rechazo. El aspecto de la X100S se asocia a una cámara compacta, “una de ésas que cualquiera puede tener” y las personas –al verla– siguen actuando de forma natural, sin falsos posturismos, ni apartándose, molestas o desconfiadas, de la escena.

El fotógrafo debe ser solo el testigo de la escena que le rodea y mostrar de la manera más personal su entorno. Cuando las miradas de las personas que participan en una fotografía se centran en el fotógrafo, éste pasa a convertirse en el actor principal de la historia, rompiendo toda la magia y naturalidad del ambiente. Cada fotógrafo tiene sus trucos para ganarse la confianza o para pasar inadvertido. La experiencia me ha demostrado que los modelos X100 son la mejor capa de invisibilidad hacia los ojos recelosos y ni el mismísimo Harry Potter sería capaz de desplegar mejor magia.

Ninguna de las personas que aparecen en las fotografías que ilustran este artículo han posado; tampoco se han sentido intimidadas por la presencia de la cámara, pues en ningún momento a lo largo de los días que he estado realizando estos reportajes una sola de las personas ha pedido que guardara la cámara o se ha apartado de la escena. Así es el grado de familiaridad de una cámara que ofrece un diseño conocido y familiar.

Fotografía en estado puro

La X100S dispone de los cuatro modos de exposición clásicos: manual, programable y prioridades de abertura y de obturación. No dudo que haya quien solo utilice el modo program en su X100S, pero la facilidad de control de abertura y velocidad es tan alta que se me antoja una cámara para deleitarse disparando en manual, siempre que la situación lo permita. Echo mucho de menos una mayor oferta de pasos mecánicos intermedios que se sientan al mover el aro de diafragmas, pues el “clic” de cambios de diafragma solo permite –moviendo manualmente dicho aro– pasos completos de 1 E.V.

Fotometría

Los tres modos de medición de la X100S proporcionan valores fiables y precisos, ofreciendo una exposición perfecta. Esto proporciona fotografías que apenas precisan ajuste alguno posteriormente, facilitando el revelado de archivos RAW por lotes, agilizando notablemente su procesado. Mediante el botón AE es posible acceder directamente al sistema de fotometría (sin tener que entrar al menú de la cámara) y seleccionar el modo más adecuado a la escena. Personalmente, prefiero trabajar exclusivamente con los modos ponderado al centro y puntual.

Balance de blancos

La nueva X100S es uno de los modelos que ofrecen una mejor respuesta en modo automático de balance de blancos; serán muy pocas las ocasiones en que el usuario deba recurrir a los modos predeterminados de fábrica y solo en situaciones muy complejas de luz artificial se deberá seleccionar el modo para luz de tungsteno o fijar un valor en grados Kelvin en la escala manual de temperatura de color. La respuesta a pleno sol, en días nublados e incluso bajo luz artificial es excelente y solo fotografiando en sombra se observa un muy ligera tendencia hacia los tonos fríos.

Simulación de película

Muchas de las cámaras Fujifilm rinden tributo a la película Fuji, incluyendo nombres de las emulsiones más famosas para cada uno de los modos de color. Así, Velvia es el modo de colores saturados; Provia, el color estándar y Astia da nombre a los tonos suaves. En la práctica, Fujifilm ha conseguido tonos más reales que muchos de los estilos de foto de otros fabricantes; tan solo es cuestión de familiarizarse con las características de cada película para seleccionar el más adecuado a cada escena.

Calidad de imagen

Dicen que la cara es el espejo del alma, pero de nada sirve tener un aspecto angelical a los ojos extraños, si el interior no encierra un corazón lleno de bondades; la X100S combina pasión con ternura en las dosis que necesitamos. La relación entre la óptica y la electrónica es perfecta, convenciendo al más acérrimo enemigo de la fotografía de soporte digital de las bondades del píxel; el trío formado por objetivo, sensor y procesador de imagen proporciona fotografías bien expuestas, con un balance automático de blancos soberbio (en la mayoría de situaciones), que apenas precisan ajustes –si se dispara en RAW– en el procesado.

Detalle

Desarrollar una óptica específica para un sensor en concreto es uno de los secretos que encierra la X100S, logrando una calidad óptica muy superior al resto de cámaras del mercado. El objetivo Fujinon 23mm ƒ/2 (equivalente a un 35/2 en paso universal) no se diseñó para el formato APS-C en general, sino de manera específica para el sensor de la X100; esto proporciona una mejor respuesta óptica, tanto en resolución lineal como en contraste. La X100S ofrece imágenes ricas en detalle, incluso cuando se dispara con grandes aberturas, sin embargo los mejores resultados se obtienen con diafragmas comprendidos entre ƒ/4 y ƒ/11.

Contraste

Sin ser uno de los modelos cuyas capturas ofrecen mayor contraste, el nivel medio-alto nominal puede incrementarse o reducirse, mediante el acceso al menú de la cámara. Todas las fotografías que ilustran estas pruebas se han realizado con los parámetros de ajuste de imagen en nivel 0 (cero), mostrando un contraste que apenas precisa un ajuste posterior.

Fidelidad del color

La respuesta precisa del sistema de balance de blancos, del sensor X-Trans II y del nuevo procesador de imagen EXR II proporcionan la máxima fidelidad al color original, sin importar la fuente de luz dominante en la escena. La X100S de Fujifilm reproduce fielmente tonos tan complicados como la piel o la piedra, sin mostrar desviaciones hacia tonos cálidos o fríos. La fotografía inferior se realizó en el interior de una tienda de skates, con mezcla de luz natural y tungsteno.

Respuesta a ISO altos

Uno de los aspecto que más ha mejorado la nueva X100S respecto al modelo anterior X100 es la calidad de imagen de imagen cuando se dispara con sensibilidades elevadas. La relación entre riqueza en el detalle, el contraste y la señal de ruido es similar a la que ofrecen los mejores modelos réflex de formato completo (full frame). La calidad de imagen se mantiene en lo más alto hasta 3.200 ISO, disminuyendo de forma progresiva el contraste a medida que se incrementa la sensibilidad. La señal de ruido es mínima, uniforme y no presenta artefactos (píxeles de color alterado), mostrando una gradación suave y agradable a la vista. La imagen inferior se disparó a 2.500 ISO.

Flash

El pequeño flash integrado en la X100S sirve solo como ayuda de relleno en contraluces muy extremos o como fuente principal de luz, en pésimas condiciones de luz. La escasa potencia del flash integrado limita a 3-4 metros la capacidad de trabajo, si bien Fujifilm dispone de varias unidades de flash TTL para la nueva X100S. Una de las características más interesantes de la X100S es su capacidad para sincronizar el flash con cualquier velocidad, ya que el obturador se encuentra en la óptica, permitiendo disparar incluso a 1/4.000seg.

Modo vídeo

Sin ser una cámara dedicada al vídeo (como la Sony α99), la nueva X100S de Fujifilm permite capturar clips de vídeo con una calidad Full HD 60p, mejorando de manera muy notable las prestaciones en este apartado del modelo anterior X100, que se limitaban a HD. El sistema de enfoque automático híbrido consigue un enfoque muy rápido y preciso, a la vez que silencioso, algo muy a tener en cuenta a la hora de grabar un vídeo.

Pruebas y resultados

Nunca he negado mi devoción por la X100, sin duda el mejor modelo jamás fabricado por Fujifilm… hasta que llegó la nueva X100S. Los excelentes resultados conseguidos con la X100 se quedan pequeños al lado del enorme potencial de la nueva versión, con mejor respuesta a ISO altos y –en mi opinión– mejor calidad de imagen bajo cualquier sensibilidad. Al eliminar el filtro de paso bajo –gracias a la tecnología del nuevo sensor X-Trans II– la resolución lineal es realmente superior, mostrando un detalle que solo está al alcance de los mejores modelos réflex de formato full frame.

Se han realizado diversos reportajes fotográficos con la X100S, utilizando los modos de exposición manual y prioridad de abertura. El balance automático de blancos ha sido más que suficiente para afrontar con éxito todas las situaciones fotográficas y los diferentes modos de fotometría han ofrecido una medida tan precisa que los originales RAW apenas han precisado ajustes posteriores en el procesado. Se ha utilizado el adaptador angular WCL como única ayuda externa a la cámara.

Conclusión

La nueva X100S de Fujifilm conserva el concepto de cámara compacta de prestaciones profesionales y mantiene el liderazgo en las preferencias de los profesionales del reportaje; es una cámara muy bien construida, que rezuma fotografía por cada átomo de su piel. Los materiales de construcción, el visor híbrido, los aros de diafragmas y velocidades de obturación y los distintos elementos electrónicos que intervienen en la captura de una imagen convierten a la X100S de Fujifilm en un modelo único y singular, fabricado con los estándares “Made in Japan” más elevados, a diferencia de otros modelos fabricados en países del sudeste asiático, donde la mano de obra es más barata y los controles de calidad menos estrictos.

Las dimensiones y –especialmente– un diseño familiar y nada pretencioso hacen de la X100S de Fujifilm una cámara “conocida” a los ojos de quienes nos rodean, permitiendo una mayor integración con el todo que nos envuelve, siendo el modelo más discreto del mercado. Las diferencias externas con una compacta de gama alta o una cámara CSC son mínimas; sin embargo, los resultados son brutalmente favorables al modelo de Fujifilm. La ausencia del filtro de paso bajo minimiza los recelos de los profesionales frente a las cámaras con sensor APS-C, pues la calidad final de la imagen poco tiene que envidiar a la ofrecida por los modelos SLR de formato completo.

El incremento en la resolución (casi un 35% más) llega con una mejora evidente de la calidad de imagen, especialmente si se dispara a ISO altos; trabajar a 3.200 ISO permite conseguir unos resultados muy del estilo de las réflex full frame, con una excelente relación entre la señal de ruido, el contraste y el detalle. En mi opinión, la X100S mejora de manera radical las prestaciones del modelo anterior X100, siendo ésta última una de las cámaras que mayores satisfacciones dan a sus propietarios. El color aparece fiel al original, con excelente representación de los tonos piel.

Fujifilm ha sabido dotar a la nueva X100S de la personalidad propia que –en demasiadas ocasiones– adolecen muchas nuevas cámaras réflex, que como única novedad tan solo tienen el cámbio de dígito del nuevo modelo. La nueva versión de la X100 corrige detalles como la dureza del aro de compensación de exposición o de la leva de puesta en marcha de la cámara y mejora aspectos fotográficos tan fundamentales como la calidad de imagen y la respuesta en ISO altos, ya destacables en la X100 original. El incremento de un 20% del precio –respecto a la X100– no será obstáculo para frenar el éxito de ventas de la mejor cámara para reportaje del mercado.

Lo mejor

• materiales de construcción
• diseño clásico y discreto
• ergonomía cómoda
• facilidad de mimetizaje
• visor híbrido: óptico/electrónico
• visión del visor electrónico
• óptica equivalente a un 35mm ƒ/2.0 en paso universal
• prestaciones ópticas del objetivoaumento de la resolución
• calidad de los archivos RAW
• detalle elevado
• alto contraste
• máxima fidelidad del color
• relación de señal de ruido/detalle/contraste en ISO altos
• excelente fotometría
• respuesta del balance automático de blancos
• velocidad de disparo y grabación en la tarjeta SD
• sistema AF fiable: rápido y preciso
• facilidad de manejo
• el flash sincroniza a cualquier velocidad de obturación
• modo de simulación de película
• adaptador angular WCL (opcional): máxima calidad óptica y excelente relación calidad-precio

Mejorable

• precio: 1.190 euros
• carece de estabilizador
• el aro de diafragmas solo permite pasos mecánicos de 1 E.V. (pasos intermedios continuos sin “clic”)
• pantalla de 2,8″ y 460.000 píxeles de resolución

Valoración

• construcción:
• ergonomía:
• calidad de la óptica:
• detalle:
• contraste:
• fidelidad de color:
• fotometría:
• balance de blancos:
• sistema AF:
• respuesta a ISO altos:
• modo vídeo:
• prestaciones:
• relación calidad-precio:
• valoración personal: