Canon EF 200/2.8 L USM

Los zooms aportaron a la fotografía la versatilidad de varias longitudes focales reunidas en un solo objetivo, pese a que la luminosidad del zoom fuese sensiblemente inferior a la óptica de focal fija. Cuando salieron los primeros zooms de luminosidad ƒ/2.8 muchos profesionales pensaron que las ópticas fijas desaparecerían y serían solo los objetivos muy especializados, como súper teleobjetivos, descentrables o ultra granangulares, los únicos capaces de sobrevivir a la pandemia mundial de la fiebre del zoom.

Los años han demostrado que el concepto del zoom se ha instalado entre los usuarios de cámaras réflex (y desde hace unos pocos años, en el segmento CSC), desplazando a las focales fijas a un papel muy secundario. Pero incluso Hollywood tiene sus Óscar para los actores secundarios y cada vez son más los usuarios –en especial, profesionales– que regresan a la sencillez de la óptica de focal fija y firmas del prestigio de Carl Zeiss han realizado una apuesta muy fuerte por la fabricación de objetivos de longitud focal fija para las dos monturas más populares del sistema réflex: Canon y Nikon.

En las manos

Existen dos versiones de este objetivo, cuya única diferencia reside en el tipo de parasol: la original incorpora un parasol incorporado extensible y la versión II, uno separado, en forma cilíndrica. Ambos objetivos comparten el mismo diseño óptico y materiales de construcción. La construcción utiliza materiales plásticos (pese a ser una óptica de la prestigiosa serie “L” de Canon) que desmerecen la valoración final de este objetivo, Un amplio aro de enfoque y el parasol incorporado –en la versión original– son las principales señas de identidad de este teleobjetivo medio.

Ergonomía

El aro de enfoque ofrece un recorrido de apenas 120º para un enfoque que oscila entre 1.5 metros e infinito (∞); los primeros 90º están dedicados desde la distancia mínima de enfoque hasta los 3 metros, motivo que convierte al EF 200/2.8L USM en una de las ópticas más rápidas del amplio catálogo de Canon. Dos pequeños interruptores, uno dedicado al modo de enfoque y otro a la selección de distancias (1.5m–∞ y 3.5m–∞) completan todos los elementos que decoran el exterior del objetivo.

Características técnicas

Formado por 9 elementos, distibuidos en 7 grupos ópticos, el teleobjetivo Canon EF 200/2.8L USM incorpora dos cristales UD de dispersión ultrabaja; esto elimina la típica caída del contraste de los teleobjetivos con aberturas elevadas. Las 8 hojas del diafragma proporcionan círculos de confusión casi perfectos, logrando un efecto bokeh muy definido, elegante y continuo. El rango de aberturas está comprendido entre ƒ/2.8 y ƒ/32. Ofrece un peso de 765 gramos y un diámetro para filtros de ø72mm.

¿Gemelos o mellizos?

Las dos versiones de este teleobjetivo apenas se distinguen por el parasol, incorporado y telescópico en la versión original y cilíndrico y desmontable, en la versión II. A nivel óptico, ambas versiones comparten el mismo diseño óptico. Personalmente, prefiero la versión primigenia, que compacta al objetivo y permite un mejor y más cómodo transporte en la bolsa o maleta. Estos gemelos univitelinos comparten cada uno de los alelos y cromosomas y apenas se diferencian por el peinado.

Prestaciones

La abertura de ƒ/2.8 lo convierte en un objetivo idóneo para trabajar en condiciones de luz ambientales, sin utilizar el flash; deportes indoor, conciertos, fotografía de moda y reportaje son algunos de los campos donde el EF 200/2.8L USM destaca de especial manera. Es –asimismo– una excelente óptica para capturar detalles y motivos aislados, que gracias a la abertura máxima de ƒ/2.8 pueden ofrecer una visión alterada de la realidad, si se dispara con grandes aberturas.

Asistí a un concierto-recital del rapsoda y cantante Bernardo Cortés (acompañado al teclado por el maestro Jaume Doncos) para probar la calidad óptica del Canon EF 200/2.8L USM en pésimas condiciones de luz. Las fotografías se dispararon a máxima abertura y una sensibilidad comprendida entre 3.200 y 8.000 ISO. El resultado es excelente, mostrando incluso detalle en la piel.

200mm: ¿focal fija o zoom?

El progresivo aumento de la calidad de los zooms ha convertido a la distancia focal 70–200mm (en las luminosidades de ƒ/2.8 y ƒ/4) en uno de los objetivos más populares, tanto en profesionales como en aficionados avanzados. Disponer de varias distancias focales en un solo objetivo y una calidad óptica elevada pueden hacer decantar la adquisición de un zoom frente a varias ópticas de focal fija. Un aspecto importante a valorar es la ausencia de un sistema de estabilización en este 200/2.8, algo que Canon sin duda solucionará si un día aparece el EF 200/2.8L III.

El precio de la última versión del zoom 70–200/2.8 estabilizado de Canon permite adquirir las ópticas Canon EF de focal fija de 85/1.8 (o 100/2), 135/2 y 200/2.8, las dos últimas, de la serie “L”. Además de la mayor luminosidad de las objetivos de distancia focal fija, la calidad óptica de éstos suele ser –por un diseño óptico menos complejo– superior a la de los mejores zooms, con mayor contraste y resolución lineal más elevada. Cada usuario debe valorar sus necesidades, gustos y preferencias y decantarse por la calidad óptica de las distancias focales fijas o por la versatilidad del zoom y el sistema de estabilización IS.

Luminosidad ƒ/2.8

Si bien ya nos hemos acostumbrado a que la distancia focal de 200mm de los zooms sea de ƒ/2.8, hasta no hace muchos años aún podíamos encontrar objetivos de 200mm de focal fija con una abertura máxima de ƒ/4. El valor de ƒ/2.8 y –especialmente– un peso de apenas la mitad de un 70–200/2.8 convierten a este objetivo de focal fija en una herramienta mucho más cómoda en las manos que los pesados zooms, si bien la ausencia de un sistema de estabilización obliga al usuario a disparar con velocidades de obturación superiores a 1/125seg, si desea obtener imágenes libres de trepidación.

Calidad óptica serie “L”

Los objetivos de la serie “L” de Canon ofrecen las mejores prestaciones ópticas de todo el catálogo de ópticas del fabricante nipón y el EF 200/2.8L USM hace honor a su ribete rojo al mostrar un excelente rendimiento óptico. El contraste es –como ya se ha indicado en el apartado anterior– muy superior al de los diferentes zooms de distancia focal 70–200mm; asimismo, la resolución lineal es muy elevada y las aberraciones cromáticas, inferiores a las de los zooms, debido a una menor complejidad del diseño óptico.

Contraste

Uno de los apartados que más agradablemente me ha sorprendido en este teleobjetivo es el elevado contraste, uno de los más altos en una óptica Canon. Los colores –incluso a la máxima abertura de ƒ/2.8, como en la imagen inferior– aparecen brillantes, bien definidos y ofrecen la máxima fidelidad a los tonos originales. Junto a la resolución lineal (detalle), el contraste es uno de los factores que determinan la calidad óptica de un objetivo.

Resolución lineal

El Canon EF 200/2.8L USM ofrece una elevada riqueza en el detalle, superior a la ofrecida por las diferentes versiones del zoom 70–200mm, con luminosidades ƒ/2.8 o ƒ/4. Con una mayor resolución lineal y contraste más elevados, la óptica de distancia focal fija se convierte en la óptica perfecta para aquellos usuarios que buscan una calidad de imagen elevada.

Si a esto añadimos unas dimensiones más compactas, un peso más ligero y un precio que apenas resulta una tercera parte del precio del zoom obtendremos la solución a la más sencilla de las ecuaciones, donde la única incógnita será la mayor versatilidad del zoom.

Pruebas y resultados

Se han realizado fotografías tanto a pleno sol como en interiores, donde –en ocasiones– las pésimas condiciones de luz han obligado a disparar a ISO altos y a la máxima abertura de ƒ/2.8. La calidad de imagen elevada es una constante en este teleobjetivo fijo, mostrando un excelente rendimiento en detalle y contraste. Las fotografías se han realizado en el interior de diversos talleres de artesanos del Pueblo Español de Barcelona, utilizando sensibilidades de hasta 3.200 ISO y disparando a la máxima abertura de ƒ/2.8 para comprobar la respuesta óptica en las peores condiciones posibles. Para las fotografías de exteriores se han utilizado aberturas comprendidas entre ƒ/2.8 y ƒ/11.

Las fotografías del concierto se dispararon en modo de exposición manual, utilizando la máxima abertura de ƒ/2.8 y sensibilidades de exposición comprendidas entre 3.200 y 8.000 ISO, sin ajustar la reducción de ruido ni en la cámara, ni en el procesado de los archivos RAW con LightRoom. Las velocidades de obturación seleccionadas oscilaron entre 1/80seg. y 1/250seg.

Conclusión

Estamos ante una de las ópticas Canon que ofrece mejor relación calidad-precio; los 800 euros (aproximadamente) quedan rápidamente compensados por una calidad de imagen soberbia y unas dimensiones y peso mucho más racionales que el de un 70–200/2.8 IS, objetivo que casi triplica en precio al 200/2.8 fijo. Los materiales de construcción –pese a ser un serie “L”– deberían ofrecer una mayor calidad, pues el plástico desvirtúa la calidad final del producto y es el único motivo que le impide alcanzar la máxima calificación de producto 5 estrellas.

Desconozco qué razones impiden a Canon no presentar la versión estabilizada de uno de sus mejores y más asequibles objetivos, pues la carencia del sistema IS y los materiales de construcción son los únicos puntos débiles de este magnífico objetivo. La calidad óptica a plena abertura es excelente, convirtiendo al EF 200/2.8L USM en un objetivo muy versátil, tanto para trabajos en interiores bajo pésimas condiciones de luz, como en exteriores sobradamente iluminados.

Pocas son las ópticas de gama profesional que ofrecen un precio por debajo de los 1.000 euros y los usuarios de cámaras Canon EOS deberían valorar la incorporación de este gran desconocido en su equipo. Parece que los propios fabricantes priman dar a conocer sus zooms (frente a los “antiguos” objetivos de focal fija) y esconden sus mejores joyas para aquellos usuarios que no se conforman con una calidad de imagen simplemente aceptable.

Agradecimientos:

• Yutaka Iwata, de Santiago de Cecilia
• Manera Negra
• Taller de vidrio soplado San Juan
• Bernardo Cortés y Jaume Doncos

Lo mejor

• calidad óptica
• contraste alto
• resolución lineal elevada
• máxima fidelidad del color
• velocidad y silencio del motor USM
• dimensiones compactas
• peso ligero
• excelente relación calidad-precio (797,75 euros)

Mejorable

• materiales de construcción
• ausencia de sistema de estabilización IS

Valoración

• construcción:
• resolución lineal:
• contraste:
• fidelidad cromática:
• sistema AF:
• prestaciones:
• relación calidad-precio:
• valoración personal: