El Carnaval caribeño visto a través de una Olympus OM-D E-M1
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La guerra de formatos de sensor ha llevado a discriminar –gracias a operaciones de márqueting muy tendenciosas y partidistas– las cámaras de prestaciones profesionales de las de uso aficionado tan solo por las dimensiones de los sensores, en lugar de valorar la calidad de imagen, que es lo realmente importante. Las cámaras mirrorless han aportado las máximas prestaciones y novedades tecnológicas en los últimos años, superando ampliamente al segmento SLR.
Si hace unos años fue la cantidad de píxeles lo que más valoraba cierta clase de usuarios a la hora de comprar una cámara, parece que superado el gran timo de la fotografía digital, el formato del sensor es el obstáculo que debemos vencer, superando las reticencias generadas por los grandes fabricantes del entorno réflex y descubriendo las bondades de las cámaras sin espejo.
Sistema mirrorless: un concepto 100% fotográfico
No hay peor mentira que una verdad a medias y basta tener en las manos una cámara del sistema mirrorless para comprobar como los modelos de altas prestaciones incorporan diseños muchos más fotográficos que la mayoría de cámaras réflex; tanto los materiales de construcción, como el diseño y –especialmente– la ergonomía poseen una calidad capaz de sacarle los colores a los modelos SLR de precio, peso y dimensiones muy superiores.
La comodidad de modelos como la Olympus OM-D E-M1, respecto a los más grandes y pesados modelos réflex de gama profesional, es muy superior en las manos; la accesibilidad a los botones y sus dos diales de control de funciones duales supera con creces la de los modelos SLR. El diseño de las cámaras de prestaciones profesionales y objetivos del entorno mirrorless reducen el peso y volumen de los equipos, siendo un sistema mucho más recomendable para la fotografía de viajes.
Olympus OM-D E-M1: la pequeña gran réflex
Me encargaron realizar un reportaje real sobre el carnaval en La Vega (Rep. Dominicana), famoso por las máscaras, disfraces y movilización popular. La primera opción natural fue disponer de mi equipo SLR y varias ópticas fijas, que me aportan mayor calidad que los zooms con diseños heredados de la época de la película de 35mm, pero enseguida comprobé que mi mochila superaba los 5 kilos de peso, aún siendo prudente a la hora de seleccionar el número de objetivos.
Tras comprobar los resultados ofrecidos por el conjunto formado por la OM-D E-M1 y el excelente zoom M.Zuiko ED 12–40/2.8 PRO opté por superar las reticencias iniciales de trabajar con un formato de sensor más pequeño que el full frame, ahorrando peso y volumen y ganando –además de una calidad de imagen que poco o nada tiene que envidiar a los mejores modelos réflex– una mejor ergonomía y la mayor velocidad de enfoque automático del mercado.
La posición de los botones y diales de control (de funciones duales) de la Olympus OM-D E-M1 la convierten en uno de los modelos más rápidos del mercado y bastan unas pocas horas de trabajo para familiarizarse con una metodología de trabajo rápida y sumamente racional.
No es full frame todo lo que reluce
Con excesiva frecuencia reducimos el concepto profesional a las cámaras réflex con sensor full frame y lejos de ser un problema de tamaño, la calidad de imagen se genera por una suma de factores, como la calidad del sensor, del procesador de imagen y de la óptica. Cada objetivo del sistema mirrorless ha sido desarrollado de manera específica para los sensores de las cámaras en los que irá montado y dispone de una calidad óptica superior a la mayoría de objetivos del sistema SLR, pues la gran mayoría se diseñaron para la película de 35mm.
De nada sirve tener una cámara SLR que genere archivos muy grandes si la calidad de imagen no es mejor que la ofrecida por modelos mirrorless, mucho más compactos y livianos y que además pueden superar en prestaciones fotográficas muchas de las limitaciones físicas del concepto réflex con espejo. No son necesarios más de 14 millones de píxeles para publicar una fotografía a doble página en una revista de formato tradicional.
Diseño óptico específico
Además del sensor y del procesador de imagen, el objetivo es el tercer pie sobre el que se asienta el trípode de la calidad de imagen. El diseño de la mayoría de objetivos del sistema réflex (especialmente, de Canon y Nikon) procede de la época de las cámaras de película de 35mm. Las superiores exigencias de los nuevos sensores precisan de niveles muy superiores de calidad óptica, dejando en evidencia a muchos de los objetivos “míticos” de la era analógica.
Los objetivos desarrollados para las cámaras mirrorless incorporan diseños ópticos específicos para los sensores, incrementando valores tan importantes como el contraste, la resolución lineal (detalle) y corrigiendo el viñeteo y las aberraciones cromáticas. La serie PRO de los objetivos Olympus M.Zuiko ofrecen una calidad de imagen muy elevada, comparable a las mejores ópticas de gama profesional del sistema SLR.
Me decanté por el soberbio zoom Olympus ED 12–40mm ƒ/2.8 PRO, que ofrece un rendimiento óptico extraordinario y una versatilidad muy elevada. La luminosidad máxima de ƒ/2.8 en toda la gama focal y unos 10mm (equivalentes más, respecto a los tradicionales zooms 24–70mm del sistema réflex) incrementan las prestaciones de uno de los zooms que ofrecen una velocidad AF más rápida del mercado.
Las pruebas
Todas las fotografías se han realizado con una cámara Olympus OM-D E-M1, el buque insignia de la forma nipona a la hora de realizar este reportaje. La calidad de imagen poco tiene que envidiar a la ofrecida por los modelos SLR de gama alta, mostrando colores fieles a los tonos originales y una excelente respuesta de la fotometría y del balance de blancos.
El zoom M.Zuiko ED 12–40/2.8 PRO proporciona la máxima velocidad de enfoque automático, además de imágenes ricas en detalle y contraste elevado. Los vivos colores de los disfraces y máscaras del carnaval de La Vega (Rep. Dominicana) son el complemento perfecto a una de las cámaras que mejor gestionan el color de todo el panorama fotográfico actual.
Conclusión
Cada vez son más los profesionales que se decantan por trabajar con cámaras del sistema mirrorless, pues ofrecen una calidad de imagen muy similar (sino superior) a los modelos del segmento réflex, pero con un precio, peso y dimensiones sensiblemente inferiores. La comodidad de trabajar con un equipo más ligero facilita una mayor movilidad y discreción a la hora de sacar la cámara, logrando pasar más desapercibido que con una réflex de mayores dimensiones.
El sistema de enfoque automático Olympus FAST AF proporciona la respuesta más rapida del mercado, prácticamente instantánea y supera con creces la velocidad de los sistemas AF de todo el segmento réflex. La precisión de la fotometría y del balance de blancos, la reproducción del color, la respuesta en ISO altos y la calidad de las ópticas Olympus de la serie PRO garantizan una calidad de imagen muy elevada, capaz de competir con los modelos SLR de gama Prosumer.
El actual año 2015 será el más importante para Olympus en las últimas décadas, pues además de lanzar la nueva versión de la OM-D E-M5 que ofrece una resolución de más de 40 millones de píxeles, se esperan joyas ópticas como el zoom ultra angular ED 7–14/2.8 PRO, el ojo de pez ED 8/1.8 PRO (el más luminoso jamás fabricado) y el súper teleobjetivo ED 300/4 PRO, equivalentes –respectivamente a un 14–28mm ƒ/2.8, 16mm ƒ/1.8 y 600mm ƒ/4.
Agradecimientos:
- Miguel Ángel Pérez, de los Alí Babá de Los Alcarrizos
- Claudia Encarnación
- Ruby Apolón
- Comparsas del carnaval de la La vega