Carl Zeiss Distagon T* 18mm ƒ/3.5
Compratir
No es fácil ser el hermano mediano en una familia de genios y el Distagon 18mm lucha por ganarse el cariño del público en desigualdad de condiciones; el Distagon 21mm es –en mi opinión– el mejor angular que se comercializa en la actualidad, mientras que el 15mm ofrece tal pureza de líneas que se pierde por completo la noción de trabajar con un angular tan extremo. El 18mm que analizo hoy se emplaza entre las dos joyas de la corona de los angulares de Carl Zeiss, que es lo mismo que decir los más perfectos del mundo.
Nada escapa a los 99º de visión del Distagon 18/3.5; desde la amplitud de un panorama urbano o paisaje a los interiores más reducidos, la versatilidad de esta óptica merecería un tratado sobre el uso de los angulares extremos en fotografía. La singular manera que entienden los angulares de Carl Zeiss de atrapar el mundo es la característica más señalable de este poco conocido objetivo: máxima corección de las líneas, perspectiva natural, máximo contraste y un detalle exquisito.
En las manos
Trabajar con los objetivos Carl Zeiss comporta grados de indignación al tocar ópticas de otras marcas, pues pienso que el metal con que el constructor alemán fabrica sus objetivos debería ser una constante en los materiales de construcción de todas y cada una de las ópticas que se fabrican. Tristemente, cada vez más el metal de los objetivos Carl Zeiss es la excepción que confirma la regla y de ahí que sea una alegría reencontrarse con unas cotas de calidad de construcción olvidada (e ignorada) por muchas marcas de renombre en la actualidad.
La forma de corneta del Distagon 18mm ya anuncia que estamos ante un angular extremo, pero las dimensiones (gracias a su luminosidad de ƒ/3.5) son mucho más discretas que las ofrecidas por el 21mm. Sorprende el peso (más de 500 gramos), elevado para una ópticas de dimensiones tan compactas, pero que revelan la excelente calidad de construcción y de los cristales alemanes que forman este angular casi perfecto.
Ergonomía
La luminosidad de ƒ/3.5 lo convierte en uno de los angulares de dimensiones más modestas del catálogo Carl Zeiss, siendo a la vez (¿tal vez por ese 3.5?) uno de los objetivos más desconocidos por los amantes de la firma germana. Los 510 gramos de peso confirman que estamos ante un objetivo Carl Zeiss en toda regla, escapando de la patética tendencia actual de incluir materiales plásticos en su construcción. El amplio parasol metálico en forma de pétalo viene recubierto con material antirreflectante.
Características técnicas
Los 13 elementos que forman este angular extremos están dispuestos en 11 grupos ópticos y es destacable la incorporación de 5 elementos de baja dispersión que minimizan las aberraciones cromáticas. Elementos flotantes consiguen que el enfoque sea interno, sin variación de la longitud del objetivo cuando se enfoca a la distancia mínima de enfoque de 30 centímetros. El diámetro para filtros es de ø82mm.
El mundo, según los angulares Carl Zeiss
Una de las constantes en todos los angulares Distagon de Carl Zeiss es la perfecta corrección de líneas y la ausencia de una perspectiva exagerada. Basta situar la óptica paralela al suelo para obtener fotografías libres de distorsiones, por más extremos que sea el angular. Una de mis diversiones favoritas es mostrar fotografías a amigos profesionales y pedirles que me digan con qué objetivo he tomado la foto; muy pocos son capaces de adivinar con qué focal se ha realizado la fotografía. El mundo a través de un angular Carl Zeiss es perfecto, discreto y balanceado.
Prestaciones
Pensaba que no existía mejor óptica para paisajes que el Distagon 21/2.8… hasta que he descubierto las bondades del Distangon 18mm. Hoy la oferta de la perfección se amplía, pero no sale de casa (casa Zeiss) y serán factores como el precio (inferior en el 18mm) o la necesidad de más o menos grados de visión lo que decante la balanza hacia una u otra óptica.
Los 99º de ángulo de visión del Distagon 18/3.5 y –muy especialmente– la corrección de las líneas y una perspectiva y fugas inéditas en cualquier otra marca que no sea Carl Zeiss dotan a este ultra angular de la versatilidad para trabajar tanto en exteriores, como en pequeños espacios reducidos en interiores.
Contraste
Cuando valoro la calidad óptica de un objetivo tengo en cuenta sus factores positivos y negativos: resolución lineal, contraste y aberraciones cromáticas/distorsión. Cuando llega a mis manos cualquier óptica Carl Zeiss sé de antemano que en el apartado del “haber” tanto el detalle como el contraste serán elevado y solo será descubrir el valor más o mucho más alto que ofrece. El Distagon 18mm ƒ/3.5 es uno de los angulares Carl Zeiss que más destacan en este apartado, situándose a la altura del mítico 21mm.
Resolución lineal
Sin alcanzar las cotas de detalle que ofrece el Distagon 21mm (para mí, el mejor angular del mercado), el 18mm de Zeiss ofrece un rendimiento muy superior a cualquier angular de características similares de la competencia. La calidad en el detalle es especialmente fácil de comprobar cuando se enfoca un plano cercano con una abertura elevada, para aislar el motivo del fondo, como en la fotografía inferior. La elevada resolución lineal se manifiesta tanto en primeros planos, como en motivos enfocados a infinito, como paisajes.
Pese a tratarse de un angular tan extremo y de disponer de una abertura máxima de ƒ/3.5 el usuario del Distagon 18/3.5 puede domar la profundidad de campo, con cierta práctica y siempre que se enfoquen motivos cercanos. Basta cerrar a ƒ/8 para toparnos con una profundidad de campo que abarca desde los 80 centímetros, hasta infinito.
Distorsión
Por más que pruebe y conozca los objetivos Carl Zeiss (hace más de 25 años que trabajo con ellos) no deja de sorprenderme la perfección de sus líneas, pues con solo nivelar la cámara en paralelo al suelo se obtienen imágenes libres de distorsiones. La pureza de líneas conseguida con el Distagon 18/3.5 nos recuerda que la perfección del 21mm no es producto de la casualidad y que es la experiencia de Carl Zeiss y las ganas de hacer un buen producto lo que lleva a fabricar los mejores angulares del mundo.
Pruebas y resultados
Se ha utilizado una Canon EOS 5D Mark III para realizar todas las pruebas; se ha utilizado el modo HDR para compensar el contraste excesivo entre sombras y altas luces, pues una focal tan extrema como un 18mm captura casi 100º de visión y es muy fácil que en una misma fotografía aparezcan zonas a pleno sol y otras en sombra. El sistema HDR de la EOS 5D Mark III ha compensado la diferencia de iluminación, añadiendo un elevado grado artístico en algunas de ellas. Los diafragmas utilizados están comprendidos desde desde la abertura máxima de ƒ/3.5 hasta ƒ/11, obteniendo una calidad de imagen excelente, en especial, a partir de ƒ/4.5.
Conclusión
No puedo negar mi total admiración por el Distagon 21mm y de igual forma me fascinan los mejores productos fotográficos, como la Fuji X100 o la Canon 5D Mark III. Dudaba en probar el 18/3.5 de Carl Zeiss por el amor incondicional y fidelidad más absoluta que profeso por el 21mm y por el temor a encontrarme con el primer angular de Zeiss que me dejara un sabor agridulce en la boca. Todos preferimos el jamón de Jabugo al choped, pero con este 18mm he descubierto que, al igual que además del renombrado jamón de Huelva los jamones ibéricos de bellota de Extremadura o Salamanca, también existe un mundo de exquisita calidad más allá del 21mm y ése no es otro que el Distagon 18/3.5.
Apenas medio diafragma de luminosidad separa al gran desconocido de Carl Zeiss de la leyenda de 21mm y puedo asegurar que cualquier réflex de formato completo (es absurdo utilizar una óptica tan soberbia en una cámara con sensor de formato APS-C) dispone de un visor luminoso que permite enfocar manualmente con facilidad y precisión, además de contar con la confirmación de enfoque. De hecho, en condiciones adversas de luz (conciertos o contraluces muy extremos) prefiero una óptica menos luminosa a monstruos con aberturas muy elevadas.
He podido leer en internet críticas negativas sobre este magnífico ultra angular, dejándolo muy atrás respecto al tan valorado 21mm, pero en la práctica es solo la complejidad al construir un angular aún más extremo la única diferencia real entre ambas ópticas. La relación calidad-precio de ambos objetivos es excelente. El elevado contraste del Distagon 18mm ƒ/3.5 compensa la ligera pérdida de detalle, respecto al mítico 21mm. Carl Zeiss y sus distribuidores oficiales deberían apostar más fuerte por este objetivo, que muy poco (por no decir nada) tiene que envidiar al tan aclamado 21mm.
Crecer a la sombra de un mito es el gran reto de este magnífico 18mm, una óptica más asequible que el Distagon 21mm, sobre un 25% más barato. Resulta una excelente opción para entrar por la puerta grande en el mundo de los angulares Carl Zeiss y su peculiar visión del mundo. Sus dimensiones y peso –mucho más discretos que en el 21mm– convierten al 18mm en una óptica práctica y que invita a estar siempre en nuestra mochila o bolsa de transporte, siendo un recurso casi mágico para convertir la realidad más monótona en una fantasía de líneas rectas y perspectivas únicas.
Lo mejor
- materiales de construcción
- diseño y ergonomía
- peso y dimensiones
- rendimiento óptico soberbio
- alto contraste
- resolución lineal elevada
- mínimas distorsiones
- ausencia de aberraciones cromáticas significativas
- parasol metálico, con recubrimiento antirreflectante
- excelente relación calidad-precio (1.200 euros)
Mejorable
- objetivo desconocido, frente al popular Distagon 21mm
Valoración
- construcción:
- resolución lineal:
- contraste:
- fidelidad cromática:
- distorsión:
- aberraciones cromáticas:
- prestaciones:
- relación calidad-precio:
- valoración personal: