El uso del angular
Compratir
Rezan los cánones más ortodoxos de la fotografía que un angular es todo objetivo cuya distancia focal sea inferior a la de un objetivo estándar (40-50mm). Desde los 35mm hasta el exagerado ojo de pez, el mercado nos ofrece el más amplio abanico de opciones. La elección de un angular se acabará ciñendo al precio y en segundo lugar y a nuestras propias necesidades. Un aficionado no debería iniciarse en una focal fija angular inferior a los 24mm; las fugas y distorsiones no son fáciles de controlar. El uso del angular requiere experiencia, pero es la óptica que nunca defrauda.
Cada vez son más los usuarios de cámaras (digitales y analógicas) que buscan la calidad de una óptica de distancia focal fija. Junto al objetivo estándar de 50mm (35mm, en formato APS-C), los angulares son los objetivos más utilizados. El uso del angular no sólo se ciñe a sus ámbitos más frecuentes, como la fotografía de paisajes o de arquitectura. Una focal angular en las manos adecuadas nos puede regalar las imágenes más creativas e impactantes.
Profundidad de campo
Uno de los aspectos más característicos del uso del angular es una profundidad de campo en prácticamente toda la imagen. No es difícil que una fotografía realizada con un angular ofrezca un enfoque perfecto en toda la imagen, desde el primer término hasta infinito. De ahí que la técnica de la hiperfocal sólo sea aplicable al utilizar un angular. Cuanto más angular, mayor la profundidad de campo.
Luminosidad
Una abertura máxima de ƒ/2 es más que suficiente para trabajar con un angular. Personalmente, prefiero una luminosidad media en un angular que aberturas de ƒ/1.4, pues tanto la respuesta en ISO altos de las cámaras actuales y los sistemas de estabilización facilitan fotografiar con valores de hasta ƒ/5.6 en interiores. Una luminosidad media requiere de menos elementos ópticos (lentes) de corrección. Esto repercute en menos peso y un tamaño más compacto.
Incluso una luminosidad comprendida entre ƒ/2 y ƒ/2.8 es capaz de conseguir un desenfoque posterior elevado, siempre que el objeto/sujeto se encuentren cerca. Esta técnica no resulta fácil, pues los angulares más amplios ofrecen una distorsión entre los motivos más cercanos y los más alejados.
La importancia del primer plano
Un primer plano captado por un angular atraerá la vista del espectador de nuestras fotografías. Completar la imagen con otro motivo distraerá la atención del personaje principal, de ahí la importancia de desenfocar el fondo, si se desea que el punto de atención se sitúe en el plano más cercano. De esta manera es posible realizar un retrato con una angular, pues se sitúa al personaje en su propio entorno.
Tipos de angulares
La focal angular empieza en los 35mm y finaliza en el ojo de pez, circular o de formato completo rectangular. El diseño óptico de un angular es mucho más complejo que el de un teleobjetivo. Aspectos como el viñeteo, la distorsión, las fugas y las aberraciones cromáticas son mucho más críticas en los angulares. Cuanto más amplio y extremo es el angular, mayor complejidad en el diseño. Si a esto sumamos una elevada luminosidad, la solución suele determinar un precio tan elevado que escapa a la mayoría de aficionados.
La focal de 35mm se considera un angular corto. Siguen las focales de 28mm y 24mm, consideradas medias. Por debajo de los 20mm empiezan los angulares extremos, que suelen llegar hasta los 14mm. Por debajo de los 14mm (siempre hablando en formato full frame o paso universal, si la cámara es analógica) llegamos a los ojos de pez. El aficionado se mueve entre los 35 y los 24mm, tanto por precio, como por la frecuencia del uso que dará a sus focales angulares.
35mm: el auténtico objetivo estándar
Personalmente, la focal de 35mm es mi preferida y –en mi opinión– es el verdadero objetivo estándar. Considero que la focal de 50mm se queda corta o demasiado larga, según qué fotografiemos. Un objetivo de 35mm con luminosidad f/2 no ofrece demasiadas complicaciones en su diseño óptico. Esto equivale a tener un precio asequible, lo cual lo convierte en una óptica popular y fácil de encontrar en el mercado de segunda mano.
Las fugas, distorsiones, viñeteo y aberraciones cromáticas de la focal de 35mm son mínimas y fáciles de corregir. Desde el punto de vista del diseño óptico, es una focal que no precisa de elementos ópticos “extras” para minimizar los problemas ópticos. Por otra parte, el tamaño y el peso de un angular de 35mm no suele ser superior al de un objetivo estándar de 50mm.
28mm: el primer angular
Los zooms han desbancado a las ópticas de focal fija, por precio y –especialmente– comodidad. En un solo objetivo disponemos de distintas focales, desde un angular corto hasta un teleobjetivo medio. La focal de 28mm solía ser el primer angular en las cámaras analógicas. Con ella aprendíamos el uso del angular. La diferencia con un angular de 35mm es más notable de lo que puede parecer, siendo el 28mm el primer angular de verdad.
Al igual que en la focal de 35mm, la complejidad óptica de un angular de 28mm es mínima. Los angulares de esta focal suelen ofrecer un detalle elevado, un contraste medio-alto y un tamaño y peso moderados, a no ser que se busquen luminosidades muy elevadas. La focal de 28mm nunca defrauda, ni siquiera en interiores.
24mm: el más popular
El 24mm es el angular por excelencia. Con un campo visual cercano a los 90º (en diagonal), un angular de 24mm abarca casi el doble que los objetivos estándar de 50mm. Es una de las ópticas preferidas por los amantes de la fotografía de paisajes, pues sus aberraciones cromáticas y la distorsión no alcanzan los niveles de los angulares más extremos. El uso del angular de 24mm sigue siendo cómodo y sencillo de manejar, si bien yo recomiendo empezar por la focal de 28mm.
Mantiene un diseño óptico poco complejo. Un buen angular de 24mm mantiene las líneas verticales rectas, sin apenas distorsión “de barril”. Antes de la llegada de la fotografía digital era la focal angular preferida por los profesionales. Al angular de 28mm se le consideraba una focal para aficionados. Sin embargo, hoy se ha elevado a antiguos objetivos de 28mm en enfoque manual a lo más alto en calidad óptica, como el sensacional Nikkor 28mm ƒ/2.8 Ai-S.
21mm: el camino hacia los extremos
La focal de 21mm (y también la de 20mm) separa a los angulares clásicos de los angulares extremos. El efecto gran angular es mucho más acusado que en las focales superiores. Esto repercute en una mayor dificultad de trabajo, pues las distorsiones y las fugas son evidentes. El uso del angular de 21mm requiere práctica y destreza por parte del fotógrafo. No es –en mi opinión– una distancia focal recomendable para iniciarse en el uso de angulares.
El diseño óptico de un angular de 20-21mm es mucho más complejo que el de los angulares de 35-28-24mm; la lente frontal suele tener un diámetro mayor y precisa de un mayor número de lentes para corregir las distorsiones y aberraciones típicas de los angulares más extremos.
18mm: el tesoro perdido
La focal de 18mm (y 17mm) es mi preferida entre los angulares extremos. Es una focal poco habitual, por considerarse que el límite de un angular debe fijarse en un máximo de 20-21mm. Sin embargo, en unas buenas manos facilita imágenes únicas. Un angular de 18mm de alta calidad (como el fantástico Carl Zeiss Distagon 18mm ƒ/3.5 ZE o el Nikkor 18mm ƒ/4 Ai de enfoque manual) carece de distorsión lineal, si se mantiene la base de la cámara paralela al suelo.
La complejidad óptica de una focal de 17-18mm es elevada. El diseño de un ultra gran angular de 18mm requiere de elementos ópticos que corrigen las distorsiones esféricas (fugas) y lineales (efecto barril). No son ópticas luminosas, pues las aberraciones cromáticas limitan la propia luminosidad máxima de estos objetivos tan desconocidos para el gran público.
15mm: el uso del angular más exclusivo
Y llegamos a los angulares extremos más exclusivos, tanto por precio como por su manejo. Siempre he relacionado las focales más extremas con su dificultad de manejo. Los 111º de visión en diagonal convierten a la focal de 15mm en una herramienta de trabajo muy puntual. Personalmente, he utilizado este angular extremo para ciertos trabajos de fotografía de interiorismo. Reconozco que el resultado roza lo espectacular y que en una revista de arquitectura o interiorismo ofrece una visión total de la estancia fotografiada, pero es una focal muy difícil para trabajar.
La complejidad óptica es máxima. Sólo los mejores fabricantes de objetivos son capaces de desarrollar un angular tan extremos con las máximas garantías de calidad y corrección de fugas y distorsiones.
14mm: el angular extremo de moda
Canon logró rebajar los 15mm con su Canon EF 14mm ƒ/2.8 L USM y puso de moda una focal angular extrema. Hoy en día, Sigma, Nikon y algunos fabricantes asiáticos independientes de segunda fila se atreven (con disparidad de resultados) a fabricar una focal tan crítica. El uso del angular de 14mm requiere de mucha experiencia y paciencia. Es muy fácil que las líneas rectas se conviertan en curvas, si no se mantiene la base de la cámara absolutamente paralela al suelo. Junto a las focales de 18 y 20mm es una focal diseñada para la fotografía horizontal.
Junto al ultra gran angular de 15mm, la focal de 14mm ofrece la máxima complejidad óptica. Es cierto que en el mercado se pueden conseguir objetivos de esta focal a un precio asequible, sin embargo, los resultados que ofrecen están a la altura de su precio. Personalmente me decanto por el Sigma 14mm ƒ/1.8 DG HSM ART, una de las mejores opciones que ofrece el mercado actual y que ofrece la máxima luminosidad en un angular extremo.
El ojo de pez: o la adicción por las experiencias extremas
Cuando damos los primeros en la fotografía solemos fijarnos en las focales más extremas. Queremos los teleobjetivos más largos y los angulares más extremos. El ojo de pez suele ser el sueño húmedo de muchos aficionados. Curiosamente, ya en la fotografía analógica podían encontrarse ojos de pez fabricados por marcas de segunda fila y a un precio razonable. Los fabricantes saben que es una focal que llama mucho la atención de los aficionados y no dudan a lanzar estos angulares extremos, aún careciendo de la mínima calidad de imagen.
Existen dos tipos de ojo de pez: circulares y de formato completo, que abarca todo el formato de la imagen. Cada vez son menos los ojo de pez circulares. El ojo de pez causa adicción. Reconozco que yo caí en sus garras, hace más de 30 años. Un Nikkor 16mm ƒ/2.8 Ai-S tuvo la culpa. Fotografiar con un ojo de pez es divertido, pues altera por completo la realidad.
Angulares especiales
Los angulares de control de perspectiva son los objetivos más especializados de todo el ámbito fotográfico. Este tipo de angulares facilitan corregir las fugas características que se producen al inclinar un angular, respecto al suelo. Al ser ópticas muy especializadas, su producción es muy corta, lo que repercute en un precio muy elevado. También llamados objetivos descentrables, su construcción permite bascular dos ejes: uno óptico y otro geométrico, tanto en vertical como en horizontal. En resumen: tenemos los basculamientos típicos de una cámara de gran formato en una cámara réflex.
Las aplicaciones de los objetivos de control de perspectiva están básicamente orientadas a la fotografía de arquitectura. Sin embargo, los teleobjetivos descentrables son un un excelente aliado para la fotografía de producto en estudio. Más allá de los trabajos profesionales, estos objetivos nos regalan
Fujifilm X100: la cámara pegada a un angular de 35mm
Quiero dedicar un apartado a la cámara Fujifilm X100. Incorpora un sensor de formato APS-C y una óptica fija no intercambiable de 23mm, equivalente a un 35mm en formato full frame. Es un modelo muy indicado en fotoperiodismo, la captura de instantáneas urbanas (street photography) y reportaje fotográfico clásico. La calidad de imagen que ofrece nada tiene que envidiar a los mejores angulares de 35mm, con la comodidad de tener una cámara adicional.
Personalmente, es mi cámara digital preferida. Discreta y con un diseño clásico, que recuerda a las míticas Leica M, pasa desapercibida a los ojos más desconfiados. La calidad de imagen es soberbia y dispone del mejor blanco y negro del mercado digital. El conversor angular Fujifilm TCW-X100 mantiene la luminosidad máxima de ƒ/2 y transforma la focal en el equivalente a un 28mm en formato completo.
Conclusión
El angular es el objetivo más utilizado. De ahí la importancia de disponer de un angular de focal fija que siempre rendirá mejor que un zoom. Buscamos cámaras con la máxima calidad de imagen, pero nos conformamos con ópticas de plástico. Un objetivo de focal fija nos enseña a ser mejores fotógrafos. A hacer mejores fotografías. A fotografiar y no a disparar. A que nuestras piernas se conviertan en el mejor zoom. Tan sólo es cuestión de saber qué foto buscamos y acercarnos o alejarnos para tener la instantánea deseada.
Los angulares nos pueden regalar las mejores instantáneas. Al igual que sucede con las cámaras, lo que importa es quien está detrás. Sacar el máximo rendimiento de un angular depende nuestro ojo fotográfico y de la práctica. Y como dijo Robert Capa: Si tus fotos no son buenas es que no te has acercado lo suficiente.
Texto y fotos: @Pep Costa
Buy compounded semaglutide online Rybelsus 7mg order Rybelsus for weight loss
rybelsus: Rybelsus 14 mg price – order Rybelsus for weight loss
https://amoxil.llc/# 875 mg amoxicillin cost
zithromax price canada