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Leica

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La fotografía de 35mm no se entiende sin Leica, uno de los apellidos míticos en la historia de la fotografía. Nacida como una alternativa ligera y compacta a las pesadas cámaras de placas de la época, la cámara Leica fue desarrollada por el Dr. Oskar Barnack, doctor en óptica y trabajador de la Ernst Leitz Opstische Werke, en Wetzlar (Alemania). El visionario Barnack adaptó la película de cine de formato 18 x 24mm (corría en vertical) al formato de 24 x 36mm (formato 3:2), que se mantiene hasta hoy. Es interesante citar que el Dr. Oskar Barnack presentó este prototipo a un director de Zeiss, que lo rechazó.

A partir de 1.913, el Dr. Oskar Barnack empezó a trabajar en distintos prototipos de cámara fotográfica de 35mm en la fábrica de ópticas Leitz. Cada prototipo mejoraba las prestaciones y fiabilidad del modelo anterior, hasta que en 1.923 convenció a Ernst Leitz, dueño de la fábrica de ópticas, para desarrollar un modelo en serie de su cámara fotográfica, a la que llamaría Leica I. La fotografía inferior fue realizada por Oskar Barnack en 1.913 con uno de sus primeros prototipos.

Este artículo es un pequeño tributo a los modelos más señalados de una marca con más de un siglo de historia y que desarrolló el concepto de la fotografía de 35mm. La cámara de algunos de los mitos de la fotografía, como Robert Capa, Henry Cartier-Bresson, Sebastiao Salgado y tantos otros nombres ilustres del fotoperiodismo.

 

Leica I

Tras convencer a su jefe (Ernst Leitz), el Dr. Oskar Barnack desarrolló hasta 31 prototipos distintos que culminaron en el diseño final de la Leica I, una cámara de película de 35mm presentada en la Feria de Primavera de Leipzig (Alemania) de 1.925. El nombre de Leica viene de las iniciales Leitz Camera. “Small negatives, big images” fue uno de los argumentos de venta más utilizados para convencer a un público entusiasmado con la pequeña cámara Leica I. Uno de los nombres con los que se conocieron a las primeras cámaras Leica fue el de “cámaras en miniatura”.

El objetivo estándar Elmar 50mm ƒ/3.5 aportaba –además de un tamaño compacto– luminosidad y una calidad de imagen impensable para una cámara de formato tan pequeño. El obturador de la Leica I ofrecía velocidades de obturación comprendidas entre 1/20 y 1/500seg, además de “Z” (Zeit, tiempo en alemán). En 1.930 apareció la versión Leica I Schraubgewinde, que ofrecía una serie de objetivos intercambiables, además del ya clásico 50mm. Un angular de 35mm y un teleobjetivo de 135mm completaban el que fue primer equipo fotográfico de formato de paso universal.

El concepto de la Leica I posee 100 años de historia y no difiere demasiado de los posteriores diseños de las cámaras de 35mm: en la tapa superior encontramos el aro de velocidades, la zapata para accesorios, el botón disparador, el contador de exposiciones (hasta 36 fotos) y el botón de rebobinado. El objetivo Elmar 50mm ƒ/3.5 disponia de palanca de enfoque y aro de diafragmas. Había nacido la primera cámara de 35mm que se fabricaba en serie.

 

Leica II

La Leica II fue la primera cámara en incorporar un telémetro, distinto al visor. El fotógrafo podía enfocar con una precisión muy superior, gracias al enfoque telemétrico. El visor estaba calibrado sólo para la focal estándar de 50mm, por lo que debían adaptarse visores distintos para las focales angulares y teleobjetivo. Las dos pequeñas ventanas circulares del telémetro están situadas a los lados del visor, un diseño que permanecerá intacto en los modelos posteriores de las cámaras Leica de telémetro, incluida la prestigiosa serie M.

Presentada en la Feria Anual de Leipzig en 1.932, se fabricaron 52.000 cámaras Leica II hasta 1.948. Una Leica Luxus II con tapas de oro (sólo se fabricaron cuatro cámaras) se vendió en una subasta en Hong Kong en 2.013 por algo más de 2 millones de dólares. El destino de los tres modelos restantes es desconocido. Leica es el fabricante que más modelos de lujo ha fabricado, muchos con chapado en oro y pieles nobles.

 

Leica III

La Leica III se convirtió en la cámara líder en ventas en la historia de la fotografía, desbancando a un mito como la Kodak Brownie. Leica desarrolló hasta hasta ocho versiones distintas de su modelo Leica III. Durante cuatro años, convivió con el modelo Leica II, pero la fabricación de la Leica III se alargó hasta 1,960, con la versión Leica IIIg. La velocidad de obturación más lenta se reducía –hasta 1.933– a 1/20seg. Para utilizar velocidades por debajo se debía recurrir a la posición “Z” (nuestra “B” actual) y rezar para que los dioses de la fotografía nos otorgasen el tacto preciso para acertar con el tiempo de presión sobre el disparador.

Una de las características principales de la Leica III radica en ser el primer modelo que disponía de velocidades lentas: un pequeño aro situado en el frontal de la cámara incorpora las velocidades inferiores a 1/20seg, además de 1/25seg. marcado en rojo, para disparar con flash de bombilla. Las velocidades de obturación lentas en la Leica III están comprendidas entre 1/15seg y 1 segundo. La Leica III fue el modelo con que los fotoperiodistas cubrieron la II Guerra Mundial, siendo famosa la imagen del soldado ruso que iza la bandera soviética en el Reichstag.

El avance en el diseño de los objetivos Leitz llegó de la mano de la Leica III. Destaca el objetivo estándar Leitz Summitar 50mm ƒ/2, uno de los más luminosos fabricados a gran escala y que ofrece un excelente rendimiento óptico en blanco y negro. Asimismo, varias versiones de Leica III incorporan una escala DIN/ASA, de sensibilidad de película, pero sólo a modo de recordatorio, pues esta cámara carece de fotómetro incorporado.

 

Leica M3

Pocos modelos revolucionaron más el mercado de cámaras de telémetro de 35mm que la Leica M3. La introducción de la bayoneta Leica-M supuso una mayor velocidad y seguridad a la hora de cambiar de objetivo. El visor incorporaba la corrección de paralelaje, necesaria cuando se fotografía en las distancias de enfoque más cercanas. La palanca de arrastre de película facilitaba cargar la cámara de manera mucho más rápida que las antiguas ruedas de avance de película.

El visor de la Leica M3 es el más luminoso de todos los fabricados por la firma alemana, al nivel del incorporado en la Leica M9, uno de sus últimos modelos digitales. La facilidad para enfocar en ambientes oscuros convirtió a la Leica M3 en la cámara preferida por los profesionales de la fotografía de conciertos y danza. Además, al carecer de espejo, el disparo de las cámaras Leica es mucho más silencioso que el de cualquier réflex. El visor de la Leica M3 incluía señales para el objetivo estándar de 50mm y los teleobjetivos de 90 y 135mm, motivo que llevó a los profesionales del fotoperiodismo y de la fotografía social a decantarse por el modelo Leica M2, de aparición posterior y cuyo visor incluía las marcas para el angular de 35mm.

 

Leica M2

Presentada tres años después que la M3, la Leica M2 parecía ser una versión más modesta, al disponer de un visor con una multiplicación de “apenas” 0,72x en lugar del 0,91x de la Leica M3. Se mantenía la rueda de rebobinado de película, a la vez que no incorporaba la ventanilla que contabiliza las fotografías realizadas. Un dial externo plano (similar al de la Leica III) es el encargado de señalar el número de fotos disparadas. Como puede apreciarse en la fotografía inferior, ambos modelos ofrecen un diseño muy similar.

La gran diferencia entre la M3 y la Leica M2 es el visor, que incorpora marcas para el angular de 35mm en el modelo M2. Disponer de las señales que limitan de manera precisa el campo de visión de un angular de 35mm convirtió a la Leica M2 (a la derecha, en la fotografía superior) en un modelo mucho más apreciado por los profesionales, siendo la Leica M3 una cámara más orientada al uso aficionado.

 

Leica M4-P

Si se hiciera una encuesta pidiendo a los amantes de Leica cuál es su modelo preferido, los más puristas proclamarían a la Leica M4-P. Reúne todas las virtudes de la esencia de Leica y muy pocos defectos. Su fabricación se realizó (para abaratar costes de producción, tras el desastre de la Leica M5) en la fábrica canadiense de Leitz y pese a las iniciales y lógicas reticencias de muchos integristas, la Leica M4-P sigue siendo una de las cámaras mejor valoradas por los profesionales.

Construida entre 1.980 y 1.986, el visor telémetrico facilita el control de hasta seis objetivos, sin tener que incorporar visores externos. De esta manera, el fotógrafo dispone de un perfecto control de los angulares de 28 y 35mm, del óptica estándar de 50mm y de los teleobjetivos de 75, 90 y 135mm. Como todos los modelos anteriormente citados, la Leica M4-P es una cámara 100% mecánica, que no utiliza batería o pila alguna, pues carece de fotómetro.

 

Leica M6

¡Y llegó la luz! Por primera vez Leica desarrollaba una cámara telemétrica con fotometría de prestaciones solventes. Tras la pésima experiencia de la Leica M5 (el primer modelo Leica que incorporaba fotómetro y electrónica), la aparición de la Leica M6 hizo fruncir el ceño a más de uno. La práctica ha demostrado que Leica había aprendido de la catástrofe de la M5 y desarrolló una mejor electrónica en la Leica M6. La fotometría es extremadamente precisa y fiable, a la par que el obturador es más resistente que los modelos anteriores. Todas las velocidades en la Leica M6 son mecánicas, reservando la batería sólo para el fotómetro.

La Leica M6 dispone de visores x0.72 y x0.85; este último muestra una visión más cercana a la realidad, pero sacrificando el uso del angular de 28mm. La Leica M6 es uno de los modelos mejor valorados por los profesionales del reportaje y el fotoperiodismo, muchos de los cuales siguen utilizando en la actualidad esta pequeña joya de la era de la fotografía de soporte químico por la calidad de los grises y negros que sólo otorga la película en blanco y negro. La facilidad de manejo, su diseño discreto y la excepcional calidad óptica de los objetivos Leitz convierten a la Leica M6 en una cámara para disfrutar de la Fotografía, la que se escribe en mayúscula.

 

Ediciones especiales

Leica es el fabricante de cámaras que ha lanzado un mayor número de ediciones especiales de sus cámaras. El prestigio y renombre de Leica ha hecho que desde monarquías a marcas de automóviles hayan elegido a la firma alemana para desarrollar modelos exclusivos, en conmemoración de un aniversario o evento. Por su parte, Leica fabrica series limitadas, tanto por los materiales de construcción (como el titanio) o dedicadas a prestigiosos fotógrafos profesionales que utilizaron Leica, como Elliott Erwitt. The Royal Photographic Society dispone también de una edición limitada de 100 cámaras.

Ninguna otra marca en la fotografía cuenta con mayor número de coleccionistas. Además del elevado valor de una cámara Leica convencional, las ediciones especiales de Leica son extremadamente exclusivas, pues incluso están fabricadas en oro y platino. El modelo Leica M6 dispone de más de una treintena de ediciones limitadas. Una de las más famosas es la encargada por el Sultán de Brunei, fabricada en oro y piel de serpiente.

Basta pasearse por eBay y descubrir versiones de Leica M6 que superan fácilmente los 35.000 dólares. Estuches fabricados en maderas nobles, seda y terciopelo: éste es el mundo de lujo y exclusividad de una serie muy limitada de cámaras Leica. Desde versiones dedicadas al aniversario de un modelo de automóvil Jaguar a la Leica M6 Platinum (imagen inferior), el mundo del coleccionismo de cámaras Leica va mucho más allá del amor a la fotografía y muestra la cara menos amable de la firma germana: la simple y pura especulación.

 

Conclusión

Leica es el apellido más ilustre en la historia de la Fotografía y las cámaras Leica son el ejemplo de que el buen diseño no tiene fecha de caducidad. Las cámaras Leica son la antítesis de las actuales cámaras digitales, que año tras año presentan versiones que poco o nada mejoran a los modelos existentes en el mercado. Los fotógrafos hemos pasado en la actualidad a ser simples usuarios. Hemos olvidado hacer fotografías, y en su lugar, disparamos.

Reconozco que el precio de una cámara Leica está sólo al alcance de los bolsillos más privilegiados y de aquellos profesionales que prefieren pagar más, pero seguir disfrutando de la Fotografía. Sin embargo, recomiendo acercarse a un establecimiento fotográfico profesional, solicitar una cámara Leica M6, sentir todas las sensaciones que nos transmite una cámara con casi 40 años de vida y escuchar por primera vez el mágico sonido de Leica. Esto es Fotografía en estado puro.

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