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Análisis Sony

Sony 70–400/4-5.6 G SSM II

Compratir

La gama de zoom súper teleobjetivo y precio asequible que ofrecen los fabricantes de cámaras SLR suelen comprender una distancia focal máxima fija de 400mm, mientras que la mínima oscila entre los 100mm del modelo de Canon y los 70mm del zoom de Sony, con los 80mm de Nikon, situado entre ambos extremos. Son éstas unas ópticas orientadas a la fotografía de naturaleza y deportiva, muy apreciadas –por su precio y prestaciones– por los aficionados. La luminosidad de estos objetivos permite disparar a ISO bajos y medios en condiciones de luz favorables, utilizando velocidades de obturación que impiden la trepidación.

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El nuevo 70–400mm G II de Sony pierde el peculiar color plateado del modelo original, mudando su piel a un blanco más estándar y menos estridente a los ojos; el diseño rinde homenaje al 70–200/2.8 G y exteriormente no sería difícil confundir ambas ópticas, pues ofrecen también unas dimensiones similares. Mejora la luminosidad máxima de sus rivales en Canon y Nikon (que no bajan de ƒ/4.5), así como también la distancia focal mínima. El peso –inferior al de los súper teleobjetivos ultraluminosos– permite cargar con este zoom sin convertirse en una carga excesivamente pesada.

En las manos

Combina muy sólidos materiales metálicos con una zona de plástico, que engloba los botones de selección de foco y el selector de modos de enfoque. Incorpora el clásico diseño de dos aros, uno destinado al enfoque y un segundo, para la selección de distancias focales. Ambos aros ofrecen cierta resistencia, pero sin duda se debe a que se trata de un modelo a estrenar y no ha sufrido desgaste alguno de las helicoidales. El nuevo 70–400 G II carece –como el resto de ópticas Sony– de botón de estabilización, ya que este fabricante ha trasladado el sistema de estabilización a sus cámaras. El parasol en forma de pétalo es de plástico, pero viene forrado en su interior con material antirreflectante y dispone de una pequeña ventanilla, para poder rotar el filtro polarizador.

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Ergonomía

Sony es uno de los fabricantes con mejores ópticas en su catálogo; tras los objetivos de gama media-baja para cámaras de formato APS-C se esconden algunas de las joyas más valiosas de toda la oferta óptica del mercado fotográfico. Tanto los objetivos Carl Zeiss (con enfoque supersónico SSM) como la serie “G” de Sony ofrecen una calidad de imagen que nada tienen que envidiar a las mejores gamas ópticas de la competencia. El nuevo 70–400 G II ofrece un diseño robusto y transmite una muy agradable sensación de durabilidad y resistencia. Al accionar el aro del zoom hacia las distancias focales más largas, la longitud del objetivo se alarga en caso un 70% más, convirtiendo al nuevo 70–400 G SSM II en una óptica muy poco discreta, por su tamaño.

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Características técnicas

Incorpora 18 lentes, distribuidas en 12 grupos ópticos. El recubrimiento de nanocristal minimiza los reflejos y las imágenes fantasmas, cuando se dispara con entrada de luz en cámara. Lentes de baja dispersión se encargan de mantener un contraste medio-alto en toda la gama de diafragmas. La distancia mínima de enfoque es la más corta de todos los objetivos de su clase, con apenas 1,5 metros; el modelo de Canon enfoca a partir de 1,8 metros y el de Nikon, 2,3 metros. El diámetro del filtro es de ø77mm y el peso, 1.500 gramos. Incorpora un robusto aro para trípode.

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Serie G

Sony dispone de tres gama de objetivos, una destinada a los usuarios básicos, los objetivos Carl Zeiss y la serie G, que –pese a ser “made in Japan”– ofrece un elevado rendimiento óptico. La serie G es la heredera de los mejores diseños de Minolta y es una de las más apreciadas por los sonystas más fieles a la desaparecida marca nipona. Los objetivos de la serie G están construidos en sólido metal y ofrecen una elevada resolución lineal y alto contraste.

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Prestaciones

Las posibilidades de trabajo de una óptica de estas características son amplias, siendo un objetivo muy práctico tanto en ciudad como en la naturaleza; desde detalles de arquitectura a fotografía de naturaleza, las distancias focales del 70–400mm permiten capturar detalles alejados o animales salvajes en su entorno natural. Es la mejor alternativa al clásico 70–200/2.8, si no se precisa una abertura tal elevada y siempre ofrecerá mayor calidad óptica que utilizando duplicadores en dicho zoom. La velocidad del sistema de enfoque automático lo convierte en un objetivo idóneo para los amantes de las intantáneas, si bien sus dimensiones, color blanco y peso son una diana para quienes nos rodean.

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Enfoque

Junto al color plateado del modelo anterior, la velocidad AF era uno de los puntos débiles del modelo original 70–400 de Sony, algo que se ha corregido de manera soberbia en la nueva versión, que incluye un motor ultrasónico SSM. Además de ofrecer una muy elevada velocidad de enfoque y la máxima precisión de foco (en la α99 con que se hicieron las pruebas), es una de las ópticas más silenciosas que he probado, convirtiéndola en un eficaz aliado para las grabaciones de vídeo, aspecto en el que las cámaras SLT de Sony se sitúan a años luz del resto de competidoras.

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Resolución lineal

Pese a ser partidario de las focales fijas, el nuevo Sony 70–400/4-5.6 G SSM II ofrece una elevada riqueza en el detalle, para tratarse de un zoom que alcanza una distancia focal máxima de 400mm y que ofrece una potencia focal de x5,7. El detalle aparece tanto en altas luces, como en zonas más oscuras, mostrando así el excelente rendimiento óptico de este objetivo.

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La fotografía superior del perro se disparó a ISO 1.600 con una abertura de ƒ/5.6 y a mano alzada. Se enfocó al ojo del can, mostrando un elevado detalle en el ojo y el lagrimal del perro, pero al tener una profundidad de campo tan estrecha el pelo que rodea la zona enfocada ya aparece fuera de foco.

Contraste

Como ya he indicado en un apartado anterior, las ópticas de la serie G de Sony se caracterizan por un elevado contraste y el nuevo 70–400 II ofrece un contraste alto en diafragmas intermedios, observándose una notable caída del mismo a máxima abertura, algo habitual en las ópticas de distancias focales más largas. El color ofrece asimismo un contraste medio, separando correctamente los diferentes canales y manteniendo una fidelidad cromática elevada.

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Efecto bokeh

El diafragma está formado por 9 láminas, que unido a unas distancias focales largas y una distancia mínima de enfoque de apenas 1,5 metros ofrece imágenes ricas en efecto bokeh. La cremosidad de la gradación de foco convierte al nuevo 70–400 G SSM II de Sony en una de las ópticas más elegantes en este apartado. No hace falta situarse muy cerca del motivo para obtener imágenes ricas en efecto bokeh, pues basta abrir el diafragma y fijar una distancia focal superior a 200mm para conseguir fondos desenfocados incluso a distancias superiores a los 3 metros.

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Trabajando con el Sony 70–400/4-5.6 G SSM II

Con un peso de 1,5 kilos, recomiendo el uso de un monopie para sesiones fotográficas largas, pues aunque es una óptica muy cómoda en las manos acaba por sentirse pesada al cabo de varias horas. El motor ultrasónico SSM II ofrece una muy elevada velocidad de enfoque AF, la máxima precisión y la más absoluta quietud durante el enfoque, incluso en modo continuo, siendo una de las ópticas más silenciosas que han pasado por mis manos.

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Un sistema de enfoque automático tan silencioso y la velocidad de enfoque del modo AF (incluso en modo continuo) convierten al nuevo 70–400 de Sony en un objetivo idóneo para grabaciones de vídeo, sin embargo las propias características focales y el peso de este zoom obligan al usuario de fijar la óptica en un trípode, si no desea obtener grabaciones inestables.

Pruebas y resultados

Todas las fotos se han realizado con una Sony α99, el buque insignia de la marca japonesa. La respuesta de la velocidad y la precisión del enfoque en modo automático es muy elevada, superando a marcas que tienen una excelente reputación en este apartado. Todas las fotografías se han disparado en formato RAW en los modos de exposición manual y prioridad de abertura. Se han empleado aberturas comprendidas entre ƒ/4 y ƒ/11, obteniendo una elevada calidad de imagen en todos los diafragmas. Las imágenes capturadas ofrecen un contraste elevado, que apenas precisa ajustes posteriores en el post-procesado y tan solo a máxima abertura es preciso en ciertos casos incrementar ligeramente el contraste.

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He aprovechado el día de Corpus para fotografiar una tradición tan curiosa como “l’ou com balla”, que consiste en situar un huevo vacío sobre el chorro de una fuente; el huevo baila, sin caerse o salirse del chorro, al ritmo del agua. La precisión y velocidad del modo AF del nuevo 70–400 G SSM II de Sony ha ofrecido un muy elevado porcentaje de imágenes enfocadas, dada la dificultad de enfocar un elemento tan pequeño y que mantiene un movimiento errático y constante.

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Pocas ópticas ofrecen mayor versatilidad para la fotografía de instantáneas como este singular zoom, que mejora con creces las prestaciones del modelo anterior; la velocidad y precisión del enfoque automático permiten cazar cualquier situación, por rápida e inesperada que ésta sea. La calidad óptica tiene poco que envidiar a la de un 70–200/2.8, superando las prestaciones (por distancia focal) de éste.

Conclusión

Las mejoras en la nueva versión del 70–400mm de Sony son claras y variadas, con un nuevo diseño óptico que ofrece un mejor rendimiento y una velocidad de enfoque en modo AF que cuadruplica la del modelo anterior. Pocas ópticas ofrecen una mayor sensación de robustez, resistencia y durabilidad, gracias al duro metal que forma casi todo su cuerpo y tan solo la parte central desvirtúa –en plástico– la pureza de la máxima calidad de los materiales de construcción, pero a la vez contribuye a aligerar el peso. El parasol en forma de pétalo cumple a la perfección su cometido, forrado con material antirreflectante y con una ventana que permite la rotación del filtro polarizador de ø77mm.

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El nuevo color blanco lo convierte en una óptica menos exótica que el primer modelo 70–400mm de Sony, vestido en plata. El peso y las dimensiones no difieren demasiado del 70–200/2.8 de la misma marca y pese a ser una óptica pesada (1,5 kg.) en las manos ofrece una comodidad inesperada. Respecto a los modelos de Canon y Nikon ofrece una menor distancia mínima de enfoque y mayor rango de distancias focales y una luminosidad máxima más elevada, situando al nuevo 70–400 G SSM II de Sony por delante de dos ópticas clásicas y con tan buena fama como son el Canon EF 100–400L y el Nikkor 80–400 VR.

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La calidad de imagen es excelente, mostrando un elevado detalle, un contraste alto y una fidelidad de color sin tendencias hacia tonos fríos o cálidos. El sistema de estabilización Steady-Shot (incorporado en el cuerpo de las cámaras Sony) se muestra suficiente para trabajar a velocidades de obturación de 1/60seg. Su peso recomienda utilizar un monopie, pues –especialmente en posición vertical– es un objetivo que a pesar de su comididad, acaba convirtiéndose en una carga fatigosa en sesiones fotográficas largas.

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Las dimensiones y el acabado en color blanco no le harán ganador del premio a la óptica más discreta, pero la elevada velocidad AF y su potencia focal lo convierten en una de las mejores ópticas para la captura de instantáneas; basta ver la escena, apuntar, encuadrar y disparar para obtener excelentes resultados. El precio –orientativo– de 2.000 euros lo sitúa entre los modelos equivalentes de Canon y Nikon, siendo una excelente opción para los amantes de la fotografía deportiva en exteriores, escenas urbanas, detalles de arquitectura y fotos de naturaleza.

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  Lo mejor

  •  materiales de construcción
  • diseño y ergonomía
  • luminosidad máxima de ƒ/4 (frente a ƒ/4.5 de Canon y Nikon)
  • distancia focal mínima de 70mm (80mm en Nikon y 100mm en Canon)
  • velocidad de enfoque AF elevada
  • precisión de enfoque
  • silencio del modo AF (óptimo para vídeo)
  • prestaciones superiores a un 70–200mm
  • detalle elevado
  • alto contraste
  • fidelidad cromática
  • parasol efectivo y con recubrimiento antirreflectante

Mejorable

  •  precio orientativo de 2.000 euros
  • peso (1,5 kilos)
  • parasol de plástico
  • óptica muy poco discreta, por dimensiones y acabado en color blanco

Valoración

  • construcción: estrellas 5
  • resolución lineal: estrellas 4
  • contraste: estrellas 4,5
  • fidelidad cromática: estrellas 4,5
  • sistema AF: estrellas 5
  • relación calidad-precio: estrellas 4
  • valoración personal: estrellas 5

 

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