Fujifilm X-E1

La aparición de la X100 supuso una bocanada de aire fresco en un mercado fotográfico cada vez menos original. Fue el descubrimiento de la marca Fujifilm para los usuarios más jóvenes. El diseño retro de la X100 no dejó a nadie indiferente. Es una cámara que se odia o se ama. Pero así como llovieron alabanzas, también reproches, tipo: “no es una cámara de óptica intercambiable” o “¿una compacta de 1.000 euros”? No hay duda: todos queremos una Leica serie “M” por 1.000 euros. La Fujifilm X-E1 recoge parte del diseño X100 y permite intercambiar ópticas.

Cuando Fujifilm lanzó la X-Pro1, un buen número de profesionales y usuarios avanzados de cámaras réflex que se plantearon adquirirla, tanto como segundo cuerpo o en sustitución de su SLR. Pocas cámaras ofrecen mejores prestaciones para el reportaje –social o periodístico– y ya son muchos los fotoperiodistas y algún que otro fotógrafo social (los más atrevidos) que trabajan con la X-Pro1 y su grado de satisfacción es cada vez mayor: menor peso que una réflex, excelente calidad de las ópticas y un sensor de elevadas prestaciones.

En las manos

Aquellos que caímos seducidos por el encanto de la X100 podemos encontrar en la Fujifilm X-E1 un concepto de cámara mucho más cercano a la prestigiosa compacta que a la rotunda X-Pro1. Las dimensiones y peso de la X-E1 son muy similares a las que ofrece la X100, especialmente el grosor, más estilizado que en la X-Pro1. En la parte frontal ha desaparecido el selector del visor (en la Fujifilm X-E1 es solo electrónico), pero comparten los mismos botones y diales de control de la tapa superior, donde encontramos el aro de velocidades de obturación, el de compensación de exposición, el interruptor de puesta en marcha ON/OFF, el disparador y el botón de funciones personalizadas.

Los botones de la tapa trasera son los mismos tanto en la Fujifilm X-E1 como en la X-Pro1, salvo la disposición más racional del botón de visualización de capturas, movido en la X-E1 a la izquierda de la pantalla LCD, junto al resto de botones situados en la parte trasera. Se incluye el botón de liberación del flash incorporado (la X-Pro1 carece de flash, debido al complejo sistema óptico de su visor). La ausencia de un botón dedicado a la sensibilidad (ISO) se compensa con el de funciones (Fn), que suele utilizarse para este parámetro.

Ergonomía

Existen diferentes tipos de cámara: réflex, telemétricas, compactas y CSC (o mirrorless). Solemos asociar el concepto de cámara CSC a una compacta de altas prestaciones y de óptica intercambiable. La Fuji X-Pro1 rompió la noción de CSC, acercándose mucho en peso y dimensiones a las míticas cámaras de telémetro Leica de la serie “M”. La nueva Fujifilm X-E1 es una cámara que cumple de manera fiel la idea que se tiene de los modelos CSC, gracias a unas dimensiones y peso más compactas que su hermana con visor óptico, más voluminosa y pesada.

Es uno de los modelos más cómodo en las manos, con mejor relación entre el peso y la agarradera, de líneas suaves y estilizadas. La protuberancia donde se instalan los botones de bloqueo de exposición y enfoque automático (AE/AF Lock) y de acceso rápido a menús (Q) permite –junto a la discreta empuñadura– una sujeción perfecta, dejando un espacio práctico y operativo para mover el dial de control general de la cámara, especialmente para aquellos fotógrafos que enfocamos con el ojo izquierdo.

Un nuevo concepto de cámara

Fujifilm es el fabricante –junto a Sony y su sistema réflex SLT– que más ha revolucionado el mercado fotográfico en los dos últimos años; la aparición de la X100 supuso el retorno al diseño clásico de las cámaras telemétricas (tipo Leica “M” y Zeiss Ikon) y la X-Pro1 confirmó la tendencia a mantener un diseño que ya es marca distintiva de Fujifilm. La X-E1 va un paso más allá, llegando –por precio– a un mayor número de usuarios.

Nadie en su sano juicio se atrevería a afirmar que una cámara CSC puede superar la calidad fotográfica de un buen modelo réflex; esta aseveración era válida hasta que llegó la X-Pro1 y la Fujifilm X-E1 aún va más lejos, gracias a una mejor respuesta del sistema AF, si bien Fujifilm ha lanzado una actualización del firmware para estos dos modelos, desde que probé la X-Pro1 y tal sea ésa la razón que me hace sentir una mejor y más rápida respuesta en la X-E1.

A excepción de la fotografía deportiva y la “caza fotográfica”, la Fuji X-E1 es una cámara perfectamente dotada para afrontar con garantía de éxito la mayor parte de ámbitos fotográficos. Es –junto a la Fuji X100– la mejor cámara para reportaje social y fotoperiodismo, gracias a factores como una excelente calidad de imagen, angulares equivalentes a un 21/2.8 y un 27/2 (y un 35mm ƒ/1.4, de próxima aparición), unas dimensiones compactas, un peso ligero y un diseño que la hace pasar desapercibida a los ojos y situaciones más reticentes a una foto.

La cámara invisible

Una de las pesadillas más recurrentes para un fotógrafo (y que por desgracia, suele transformarse en realidad) es toparse con una situación única, divertida, peligrosa o denunciable y que al sacar la réflex todo el mundo deje de actuar con naturalidad y se pierda el encanto de lo que tan acertadamente Henri Cartier-Bresson llamó el instante decisivo. Una de las garantías de éxito de un buen reportaje es mimetizarse con el entorno y pasar completamente desapercibido, algo que con una réflex no siempre se consigue.

La Fujifilm X-E1 parece una cámara compacta, muy al estilo que llevan los turistas o cualquier familiar y se ve “menos peligrosa” que una réflex, para según qué tipo de situaciones. Esta capa de invisibilidad permitirá al usuario de la X-E1 diluirse en el entorno, sin que una cámara fotográfica se convierta en la máxima incomodidad para quienes nos rodean y poder conseguir instantáneas que difícilmente serían posibles de realizar –por su aparatosidad– con una cámara réflex.

Igual… pero diferente

Las diferencias entre la X-Pro1 y la X-E1 son –aparentemente– mínimas: ausencia de visor óptico y un pequeño flash integrado. En la práctica, existe –en mi opinión– una diferencia mucho mayor, llamada comodidad. A pesar de que tan solo 100 gramos diferencian el peso de ambos modelos, las sensaciones en las manos son mucho más positivas (comodidad, manejo, ligereza) en la X-E1 que en el modelo con visor óptico. Esto convierte a la X-E1 en una cámara apta para llevar siempre encima, muy al estilo de la X100, un modelo que está llamado a convertirse en leyenda.

 

Características técnicas

La nueva Fujifilm X-E1 ofrece unas prestaciones que no tienen nada que envidiar a las de los mejores modelos réflex de última generación (como la Canon EOS 6D). Además del uso de excelentes materiales de construcción, las principales características técnicas de la X-E1 son:

• resolución de 16.3 millones de píxeles
• sensor X-Trans CMOS
• procesador de imagen EXR
• sensibilidad nominal: 200–6.400 ISO (ampliable 100–25.600 ISO)
• formatos de archivo: RAW, JPEG, RAW + JPEG
• modos de medición: multizonal de 256 áreas, promediado al centro y puntual
• modos de exposición: manual, program y prioridad de abertura y obturación
• compensación de la exposición: ± 2 E.V.
• velocidades de obturación: 30 segundo – 1/4.000seg.
• sincronización de flash: 1/180seg.
• cadencia máxima de disparo: 6 f.p.s.
• 10 modos de medición de balance de blancos (incluye escala manual en grados Kelvin)
• 49 áreas de detección de enfoque automático
• visor electrónico de 2,360.000 píxeles y 100% de cobertura
• pantalla LCD de 2,8″ y 460.000 píxeles de resolución
• 10 modos de simulación de película
• nivel electrónico
• grabación de vídeos HD (1.280 x 720)

Prestaciones

No conozco mejor cámara para reportaje que la Fuji X-E1: es compacta, discreta, ligera, ofrece una calidad de imagen similar a la de los mejores modelos réflex y sus ópticas ofrecen un detalle elevado y alto contraste. El nuevo angular de 14mm (equivalente a un 21mm en paso universal) hará las delicias de los amantes de la fotografía de paisajes, gracias a una mínima distorsión, un elevado contraste, alta resolución lineal (detalle) y máxima fidelidad al color original. La posibilidad de utilizar la simulación de película aumenta las posibilidades en este tipo y otros tipos de fotografías (como la de eventos sociales), pues basta fijar simulación Velvia para conseguir paisajes con los colores más vivos o Astia, para reproducir de manera fiel y muy suave todos los matices de la piel. A excepción de la fotografía deportiva y el “safari fotográfico”, pocos ámbitos escapan a las prestaciones de la X-E1.

El mejor sensor APS del mercado

Un elevado porcentaje de la elevada calidad de imagen de la Fujifilm X-E1 reside –además de las ópticas– en el nuevo sensor X-Trans, que muestra una disposición completamente nueva respecto a los sensores tradicionales. Así como el sensor tipo Bayer (el convencional) muestra un mapa con repetición en grupos de 2 x 2 píxeles (2 verdes, uno rojo y otro azul), el nuevo CMOS X-Trans dispone los píxeles en grupos de 6 x 6, incrementando de manera notable el detalle, el contraste y reduciendo la señal de ruido a ISO altos.

Esto ha permitido a Fuji eliminar el filtro de paso alto, situado frente a todos los sensores convencionales (a excepción de la Nikon D800 E) y que resta detalle en las imágenes. El resultado al fotografiar con el nuevo sensor X-Trans se traduce en imágenes brillantes y muy ricas en detalle, incluso al disparar a sensibilidades superiores a 3.200 ISO, pues por debajo de esa cifra es difícil encontrar señal de ruido o pérdida en la calidad de la imagen.

Menús

Los menús de las cámaras Fujifilm no son los más amenos, ni vistosos, pero cumplen a la perfección su cometido. Distribuyen el acceso a los diferentes parámetros como el resto de fabricantes, pero la sobriedad de los colores (el usuario puede personalizarlos) difiere de marcas como Canon o Nikon, que ofrecen menús más coloridos y vistosos. Fue un acierto incorporar la tecla “Q”, de acceso rápido a menús, pues será la que el usuario de la X-E1 utilice más.

Acceso rápido a menús “Q”

Mediante el botón de acceso rápido a menús el usuario dispone del control de los parámetros más comunes que intervienen en la toma de una fotografía. La situación del botón (protuberancia trasera a la altura del pulgar) es cómoda y racional y permite su acceso sin apenas familiarización con la cámara. Los ajustes en el menú de acceso rápido “Q” se realizan desde el dial de control general de la cámara, que permite un fácil acceso sin despegar el ojo del visor.

Batería

Fujifilm anuncia una autonomía de la batería de 350 fotos, pero en la realidad –pese al visor electrónico– es mucho más larga; he podido disparar 408 fotografías en dos días y aún quedaba algo de energía cuando puse a recargar de nuevo la batería. En la X-Pro1, Fuji anunció la posibilidad de realizar hasta mil disparos, utilizando el visor óptico, de forma exclusiva.

Visor electrónico

Reconozco que mi formación en la era de la película de soporte químico y los visores ópticos crea ciertas reticencias ante los visores electrónicos, si bien solo utilizo éste en la X100 o me dejé seducir por el que incorpora la Sony A77. El visor electrónico de la Fujifilm X-E1 ofrece el 100% de visión y una calidad mejor que buena, pero pincha en el mismo punto que el resto de visores electrónicos del mercado: la velocidad de refresco. Desconozco si es muy caro fabricar visores electrónicos con una velocidad de refresco más elevada, que impida el pixelado o el parpadeo al mover la cámara. Uno de los detalles positivos es que incorpora ajuste de dioptrías, algo que se echa mucho de menos en la X100 y la X-Pro1.

Fotometría

Salvo los últimos modelos SLR de Canon que incorporan el procesador de imagen DIGIC 5+, ninguna otra cámara en el mercado ofrece exposiciones tan perfectas como la X-E1; el sistema de medición se muestra muy ajustado a la sensibilidad seleccionada, sin observarse tendencias alguna hacia la sobre o subexposición. Los tres modos de medición han ofrecido a lo largo de las pruebas resultados muy similares, siendo el modo puntual y el ponderado al centro los más fiables.

Balance de blancos

El sistema automático de balance de blancos de la Fujifilm X-E1 ofrece una respuesta muy equilibrada en todo tipo de situaciones lumínicas en exteriores, si bien muestra una muy ligera tendencia hacia los tonos fríos en zonas de alto contraste en sombras rodeadas de sol. En interiores, las pruebas demuestran una mejor respuesta del preajuste dedicado a luz de tungsteno que el modo automático de balance de blancos, si bien en situaciones de iluminación mixta de luz natural y artificial, el sistema automático se comporta de manera muy precisa.

Calidad de imagen

La X-E1 encierra las mejores esencias de la fotografía digital: excelente respuesta y relación del sensor X-Trans con el procesador de imagen EXR, el sistema de medición y el balance de blancos. El resultado son archivos JPEG y RAW perfectos, que apenas necesitan ajuste alguno. Los originales (en ambos formatos) aparecen “limpios”, con la máxima fidelidad de color, un excelente balance de blancos y una perfecta exposición.

Me ha sorprendido muy gratamente la calidad de las fotografías capturadas en JPEG, incluso a sensibilidades superiores a 1.600 ISO. La calidad de los archivos (ya sean RAW o JPEG) es comparable a los que ofrecen los mejores modelos SLR de formato completo (full frame), con una muy elevada riqueza en el detalle, alto contraste, máxima fidelidad del color y una reproducción de los tonos piel, simplemente perfecta.

Respuesta a ISO altos

Una de las características que muestran que estamos ante una cámara concebida para trabajar –y no para lucir en un escaparate– es la calidad de las fotografías disparadas con sensibilidades altas. Hasta 3.200 ISO las imágenes apenas muestran señal de ruido o disminución en el contraste y el detalle; es solo a partir de 12.800 cuando se puede apreciar una caída visible del contraste y una menor calidad general de la imagen. La fidelidad del color se mantiene intacta hasta la sensibilidad máxima de 25.600 ISO. Todas las fotos que ilustran este apartado se dispararon en formato JPEG y con el control de reducción de señal de ruido de la cámara desactivado.

Quien siga mis artículos sabrá que considero que muchos fabricantes de cámaras réflex lanzan modelos con valores ISO desorbitados más como un reclamo de márqueting que como una respuesta a las necesidades reales de los usuarios. En su favor debo decir que he realizado fotos a 25.600 ISO con una excelente calidad de imagen. ¿Pero realmente necesitamos sensibilidades tan elevadas? Son pocas las situaciones que impiden disparar con flash y compensar la luz ambiente con sensibilidades más elevadas y tiempos de exposición más largos. Tan solo es cuestión de técnica…

Modo vídeo

El vídeo en la Fujifilm X-E1 es –en mi opinión– más una prestación testimonial que una necesidad, pues es un modelo orientado netamente a la fotografía (a diferencia de cámaras como la Sony A99, la mejor réflex para grabar vídeo). Pese a que ofrece una buena calidad HD, este formato queda obsoleto incluso delante de cámaras compactas de gama media-baja que ofrecen full HD. Solo basta echar un vistazo al exterior de la cámara para no encontrar un botón dedicado a la grabación de clips de vídeo.

Pruebas y resultados

Se han utilizado las ópticas de 14mm ƒ/2.8 y 60mm ƒ/2.4 Macro (equivalentes a un 21mm y a un 90mm, en paso universal) en diferentes aberturas y modos de exposición, a excepción de la prioridad de obturación. Las imágenes se han disparado con sensibilidades comprendidas entre 200 y 12.800 ISO (a excepción de las fotos que ilustran la respuesta a ISO altos, que se llegó al máximo de 25.600 ISO). El sistema automático de balance de blancos ha sido el más utilizado, junto a la escala en grados Kelvin y el modo dedicado a luz artificial. En modo de simulación de película he utilizado la práctica totalidad de la oferta disponible, siendo los modos Provia y Velvia los más recurrentes.

La X-E1 ofrece unas imágenes ricas en detalle y contraste; destaca la perfecta combinación con el nuevo angular de Fujinon XF 14mm ƒ/2.8 R (equivalente a un 21mm en paso universal), formando un equipo puramente periodístico o dedicado a los paisajes. Los colores ofrecen la intensidad y saturación exacta al original, pero mediante los diferentes modos de simulación de película es posible mejorar la realidad, con cielos más azules y verdes menos invernales. El sistema de enfoque automático es rápido y preciso, sin tener nada que envidiar a los mejores del sistema réflex. Los diferentes modos de fotometría han ofrecido una respuesta muy fiable, en todas las condiciones de luz (natural a pleno sol, sombras y luz artificial).

Conclusión

Reconozco mi devoción por las últimas cámaras Fujifilm, desde la coqueta X100 al tanque llamado X-Pro1. La Fujifilm X-E1 combina las prestaciones de la X-Pro1, en un cuerpo más estilizado y ligero. En las manos es tan cómoda como la X100 y la metodología de trabajo no difiere entre los tres modelos. Los materiales de construcción metálicos mantienen los elevados niveles de calidad de la Serie X de Fujifilm.

Incorpora el mejor sensor APS jamás fabricado hasta la fecha. Las imágenes muestran un elevado detalle, alto contraste, mínima señal de ruido (hasta 6.400 ISO) y la máxima fidelidad del color. La calidad de las fotografías conseguidas por la Fuji X-E1 es similar al de réflex con sensor de formato completo. Los archivos JPEG ofrecen la mejor calidad de imagen del mercado (hasta 12.800 ISO).

Es una excelente cámara para el reportaje. Gracias a su diseño de cámara compacta pierde la agresividad de una cámara profesional. No es la cámara perfecta, pues mantiene la pantalla LCD de menos de medio millón de píxeles de resolución.

La Fujifilm X-E1 rompe el mito que se necesita una caámara réflex, si se necesita conseguir una calidad de imagen elevada. Las cámaras sin espejos han llegado para quedarse y en un futuro no muy lejanos serán los modelos más habituales. Empieza la cuenta regresiva para las réflex, más grandes y pesadas. 

Lo mejor

• Materiales de construcción
• Ergonomía cómoda y racional
• Sensor X-Trans CMOS
• Extraordinaria combinación sensor-procesador
• Facilidad de manejo
• Velocidad y precisión del AF
• Fotometría precisa
• Balance de blancos perfecto
• Máxima fidelidad del color (incluso tonos piel)
• Detalle elevado
• Contraste alto
• Excelente respuesta a ISO altos
• Flash incorporado
• Modos de simulación de película
• Visor electrónico fiable
• Peso y dimensiones
• Excelente relación calidad-precio
• Amplia variedad de ópticas disponibles
• Capacidad de seducción

Mejorable

• Pantalla de 2,8″ y 460.000 puntos de resolución
• Velocidad de refresco del visor electrónico
• Compensación de exposición de solo ± 2 E.V.
• Modo vídeo (no es Full HD)

Valoración

• Construcción:
• Ergonomía:
• Calidad de imagen:
• Respuesta a ISO altos:
• Fotometría:
• Balance de blancos:
• Modo vídeo:
• Prestaciones:
• Relación calidad-precio:
• Valoración personal: