Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM
Los zooms ultra gran angular son los más críticos de cuantos pueblan los catálogos de los fabricantes de objetivos. El nuevo zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM es la última generación de un zoom cuyo diseño nació en la época de la película de soporte químico y que ha ido evolucionando hasta la actualidad, donde los sensores de más de 50 Megapíxeles de resolución precisan de las más elevadas cotas de perfección óptica.
Los zooms con focales angulares extremas requieren cristales de la máxima pureza y diseños ópticos muy cuidados; las distorsiones, fugas, aberraciones cromáticas y la falta de contraste suelen ser los elementos que merman la calidad óptica de estas focales extremas. Las dos versiones anteriores del zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM ofrecían –en mi opinión– una calidad óptica indigna de merecer el aro rojo que distingue las ópticas de la prestigiosa Serie L de Canon. ¿Es el nuevo Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM un claro ejemplo de que a la tercera va la vencida?
En las manos
Los materiales de construcción plásticos siguen siendo –a mi entender– poco merecedores de la Serie L de Canon, pero el gigante nipón parece empeñado en ahorrarse unos pocos euros y escatimar así en algunas de sus mejores ópticas transmitir a sus usuarios la sensación de una mayor resistencia. El aspecto exterior del zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM se basa en el clásico zoom de dos toques, con aros dedicados al enfoque y a la selección de la distancia focal.
El aro de distancias focales ofrece un recorrido muy corto (apenas 50º) y la máxima suavidad, siendo muy útil para la grabación de clips de vídeo. La lente frontal pierde la curvatura clásica de las dos versiones anteriores en favor de un diseño muy similar al que incorpora el zoom Canon EF 16–35mm ƒ/4L IS USM. El recubrimiento de las lentes frontal y trasera, así como el sellado de las zonas más sensibles del zoom contra polvo, humedad y salpicaduras facilitan trabajar en las más duras condiciones ambientales. El aro de goma en la montura contribuye a sellar el objetivo en la cámara.
Ergonomía y diseño
El aspecto exterior del nuevo zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM rompe con el diseño tradicional de las versiones anteriores 16–35/2.8L y se nos presenta como una versión hipervitaminada y cargada de esteroides del zoom Canon EF 16–35/4L IS USM. Incluso el parasol se asemeja más al incluido en la versión de luminosidad ƒ/4 que a los dos modelos precedentes de abertura ƒ/2.8. El selector del modo de enfoque MF/AF se encuentra perfectamente integrado en el cuerpo del objetivo.
Características técnicas
El zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM está formado por 16 elementos, distribuidos en 11 grupos ópticos; incorpora 2 elementos UD de dispersión ultra baja y 3 elementos asféricos (uno de doble cara) que controlan –respectivamente– la caída del contraste al utilizar las aberturas más elevadas y las aberraciones cromáticas. El rango de aberturas está comprendido entre ƒ/2.8 y ƒ/22 y el diafragma está compuesto de 9 láminas, como suele ser tradicional en las ópticas de la Serie L de Canon.
La lente frontal y la trasera incorporan un tratamiento de fluorina, que reduce las manchas de las salpicaduras de agua al secarse. El recubrimiento ASC (Air Sphere Coating) minimiza los reflejos internos de los cristales cuando se dispara a contraluz o en escenas con entrada directa de luz en cámara. La distancia mínima de enfoque es de 28cm. El diámetro de la rosca para filtros es de ø82mm. Ofrece un peso de 790 gramos.
Prestaciones
La focal 16–35mm es una de las preferidas por los amantes de la fotografía de paisajes, si bien es también una herramienta fácil de encontrar en los equipos de muchos fotoperiodistas. La versatilidad de un zoom capaz de incluir desde un angular extremo a la focal angular más moderada de 35mm y la luminosidad máxima de ƒ/2.8 proporciona una elevada versatilidad, capaz de satisfacer incluso a los profesionales de la fotografía de interiores.
Su elevado precio (además de carecer de estabilizador y de formar parte de un equipo réflex, voluminoso y nada ligero) es el único obstáculo para convertir al nuevo zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM en la óptica preferida por aquellos usuarios del formato réflex amantes de la street photo, que desde la aparición de la Serie X de Fujifilm suelen decantarse más por cámaras del entorno mirrorless, más compactas, ligeras y discretas.
Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM: ¿a la tercera va la vencida?
No resulta fácil empezar a escribir sobre un zoom que desde su primera versión siempre me ha acabado decepcionando. Incluso la versión II me defraudó, pues esperaba que Canon hubiera corregido aspectos tan fundamentales en la calidad óptica de un objetivo como son la resolución lineal y el contraste, excesivamente bajos en las dos versiones anteriores. El viñeteo abrumador y una distorsión excesiva fueron otros factores que siempre me llevaron a dudar si el zoom 16–35/2.8 merecía el anillo rojo con que Canon distingue a sus mejores ópticas de la Serie L.
El nuevo Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM corrige las principales carencias de las dos versiones anteriores: ofrece una resolución lineal excelente, desde el centro a las esquinas de la imagen; el contraste medio-alto se mantiene en toda la gama de aberturas y ya no se aprecian aberraciones cromáticas exageradas, ni un viñeteo acusado en las esquinas. A pesar de incorporar unas notables mejoras ópticas, sigue siendo una de las focales más indicadas para probar las nuevas prestaciones del sistema de optimización del objetivo incorporado en la Canon EOS 5D Mark IV.
El enemigo en casa
El zoom Canon EF 16–35/4L IS USM me pareció un objetivo mucho más maduro y coherente que su pariente más luminoso, pues ofrece una calidad óptica muy superior a las dos primeras versiones de abertura ƒ/2.8 e incorpora estabilizador, que sigo echando de menos al nuevo zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM. Nunca comprenderé porqué Canon ha decidido castrar la versión ƒ/2.8 y la ofrece sin sistema de estabilización, cuando un fabricante como Tamron lo ofrece en su excelente zoom SP 15–30/2.8 Di VC USD.
Si realmente Canon se reafirma en no incorporar el sistema de estabilización IS a su zoom 16–35/2.8 tal vez sea conveniente que los futuros usuarios se planteen de manera muy seria qué versión les interesa más y qué relación calidad-precio-prestaciones ofrece cada una de ellas, pues la versión ƒ/4, además del sistema de estabilización, ofrece una calidad óptica muy elevada, para un zoom con estas focales tan extremas.
Sistema AF
Como los más recientes modelos que incorporan motores USM, el enfoque del zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM es perfecto: rápido, preciso y extraordinariamente silencioso. No he observado ninguna variación en la respuesta del sistema de enfoque automático en las diferentes focales de este zoom, capaz de enfocar perfectamente incluso en las condiciones de luz más adversas. Claro que utilizar la nueva Canon EOS 5D Mark IV tiene sus ventajas…
Calidad óptica
Tanto el contraste como la resolución lineal del zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM se han aumentado de forma muy evidente respecto a sus dos versiones anteriores; atrás han quedado los años en que el zoom 17–40/4L ofrecía una calidad de imagen superior a su primo rico. El nuevo diseño óptico corrige aspectos tan influyentes a la hora de valorar la calidad óptica de un objetivo como el detalle, el contraste, el viñeteo, la distorsión y las aberraciones cromáticas.
Ya no se observa esa clara y tan molesta diferencia entre el centro de la imagen y las esquinas; en el nuevo Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM el contraste y el detalle se mantienen en niveles muy altos a lo largo de toda la escala de diafragmas, mostrando una mayor calidad de imagen en las aberturas comprendidas entre ƒ/4 y ƒ/9. Tampoco he observado una peor respuesta en las focales extremas, como sí sucedía en las dos versiones anteriores y así –hoy– podemos disparar en todo el rango focal sin sacrificar detalle ni contraste.
Pruebas y resultados
Todas las fotografías se han realizado con la cámara Canon EOS 5D Mark IV, en los modos de exposición manual y prioridad de abertura. Se han empleado las aberturas comprendidas entre ƒ/2.8 y ƒ/11, observando un mejor rendimiento entre ƒ/4 y ƒ/9. La distorsión se ha corregido de manera soberbia, respecto a las dos versiones anteriores y –manteniendo este zoom paralelo al suelo– ya es posible conseguir imágenes con perspectivas muy corregidas, sin importar la distancia focal utilizada.
A diferencia de sus dos predecesores, la calidad de imagen ya no sólo es cosa del centro. Así, en las esquinas se ha mejorado el detalle y la caída del contraste es muy moderada y fácilmente corregible en la edición posterior de las imágenes. Asimismo, el viñeteo en las aberturas más elevadas ha perdido el nivel de escandaloso, para quedarse en un grado muy moderado.
Conclusión
La Ley de Coulomb define la atracción o repulsión, según el signo de las cargas. Por mucho que siempre abriese un libro en blanco, el sentimiento de decepción me invadía una y otra vez con las dos primeras versiones del zoom 16–35mm ƒ/2.8L. Pero a la tercera fue la vencida y el gigante japonés ha sabido corregir en el zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM aspectos fundamentales en la calidad óptica de un objetivo como son la resolución lineal, el contraste, las aberraciones cromáticas y la distorsión.
El nuevo zoom Canon EF 16–35mm ƒ/2.8L III USM es el primer zoom de esta focal y luminosidad que –en mi opinión– realmente merece lucir la banda roja que distingue a los objetivos de la prestigiosa Serie L de Canon; tan sólo la incorporación del sistema de estabilización IS y un precio más comedido podrían mejorar la valoración final del producto. La riqueza en el detalle ya no sólo es digna del centro de la imagen; hoy se amplía hasta las esquinas, algo que no sucedía en las dos versiones anteriores. El contraste también goza de niveles más elevados y uniformes en toda la gama de aberturas.
Sigo pensando que los objetivos de la Serie L de Canon merecen materiales de construcción más nobles que el plástico (polímero, lo llaman los fabricantes). Parece que el gigante nipón sigue cerrado a utilizar metal en algunos de los objetivos más populares, aunque no así en sus poderosos teleobjetivos blancos. Los amantes de la fotografía de paisajes, arquitectura e interiores y los fotoperiodistas disponen por primera vez de un zoom Canon 16–35/2.8 capaz de satisfacer las más elevadas exigencias ópticas, acordes a un precio superior a los 2.000 euros.
Lo mejor
- Diseño más compacto y práctico
- Sellado contra inclemencias meteorológicas
- Excelentes prestaciones fotográficas
- Luminosidad máxima de ƒ/2.8
- Elevada calidad de imagen
- Respuesta del sistema AF: rápido y silencioso
- Notable mejoría respecto a las dos versiones anteriores
Mejorable
- Materiales de construcción plásticos
- Carece de estabilizador IS
- Precio: 1.959 euros